Siete características de un buen líder de equipo
(Lección 8)
Cuando apreciamos líderes que desde su desempeño ministerial como pastores, obreros o personas a cargo de un ministerio, desarrollan una labor profundamente influyente, nos preguntamos cómo lo hace.
Sus acciones y resultados fructíferos siempre arrojan resultados satisfactorios, o al menos la mayor parte del tiempo. Desearíamos conocer el secreto. Quisiéramos seguir la misma ruta.
No obstante, cuando nos detenemos a evaluar a las personas que admiramos alrededor, descubrimos que llegar hasta ese punto no ha sido fácil y, por cierto, muchas veces pudo resultar desalentador.
Ahora bien, darnos a la tarea de ejercer una influencia transformadora sobre las personas que tenemos cerca— comenzando por la familia — , puede resultar gratificante. Basta tomar la decisión de llegar una milla más lejos que los demás.
Sobre ese fundamento, le invitamos a considerar siete características de quienes llegan lejos a nivel ministerial, en su vida personal y en la relación familiar:
1.- Convicciones firmes
¿Desea comenzar el viaje de hoy? Si es así, le invitamos a examinar a los líderes de iglesia que usted considera exitosos. El primer ingrediente es una vida espiritual dinámica, en la que sus planes y proyectos los someten a Dios en oración.
Un segundo elemento es la convicción y compromiso que tienen con su trabajo, visión y sueños.
Nadie avanza si no tiene el convencimiento de que, en la ruta que va, tomado de la mano del Señor, llegará a feliz término, a puerto seguro, al cumplimiento de sus metas.
2.- Perseverancia a pesar de las circunstancias
Desarrollar una vida de servicio a Dios, e involucrar otras personas en esa tarea, no es fácil. En el paso surgirán dificultades. Lo más fácil es renunciar a todo y tirar la toalla. ¿No es acaso lo que hace la mayoría? No obstante quienes llegan lejos son aquellos que tienen disposición a perseverar sin dejarse arrastrar por la adversidad.
Resistir es la clave. La posibilidad de fracasar siempre estará a la puerta, pero debemos dar nuevos pasos siempre. Aunque algunas ideas funcionan, es más frecuente que no lo hagan.
Lo intentas, fracasas y lo vuelves a intentar: esa es la ruta.
Ahora, si se dispone a perseverar, debe tener en cuenta que no hay límites para intentarlo cuantas veces sea necesario. Se trabajará permanentemente. No parar, sino avanzar.La escritora y periodista, Summer Suleiman, anota la siguiente apreciación: “¿Horario de nueve a cinco? Olvídalo. La mayoría de equipos de trabajo lo hacen de 80 a 90 horas a la semana en la fase de lanzamiento. Como un empresario de tecnología me dijo recientemente, tener una idea es solo el primer paso de un largo camino. Tienes que tener el instinto para agachar la cabeza para no dejarte arrastrar por los inconvenientes, y atravesar todo el proceso.” (Summer Suleiman. Portal de CNN en Español. 17/06/2015)Desconozco su trabajo como líder o grado de servicio a Dios, pero lo que sí puedo asegurarle es que a través de las Escrituras lo que vemos es a hombres y mujeres que perseveraron porque su mirada la tenían puesta en el Señor.
3.- Tener la capacidad de adaptarse
Cuando vemos la vida de Abraham, encontramos que su camino no fue rectilíneo, es decir en una misma dirección. En su tránsito hacia el cumplimiento del propósito que Dios tenía para él, hubo altibajos.
Igual ocurrió con Moisés. Atravesar el desierto con poco menos de un millón de israelitas no debió resultar nada fácil. Pese a ello, tanto Abraham como Moisés se adaptaron al momento y, sin desprenderse de la mano de Dios, siguieron dando pasos hacia delante.
Quienes sirven en el Reino y comparten su ministerio con un equipo, es necesario que desarrollen la capacidad de adaptación. De esa manera, si surge un problema no se darán por vencidos sino que procurarán resolverlo con ayuda del Señor y retomarán el camino.
Tenga presente que es mucho lo que puede cambiar desde el inicio de una idea hasta el paso final... surgen problemas imprevistos, las condiciones cambian, en fin, generalmente sucede lo que no esperábamos.
Los líderes cristianos que salen airosos, lo tienen claro, se sujetan a los designios de Dios y están dispuestos a probar diferentes enfoques cuando algo no funciona. Ellos pueden esquivar, evadir o agacharse para librarse de las balas metafóricas del ámbito que los rodea, mientras se mantienen bien enfocados.
4.- Tome riesgos
Cuando somos líderes cristianos, asumimos lo que para el mundo son riesgos pero que, en nuestra concepción, es dar pasos de fe.
Hay momentos en los que el mundo nos ofrecerá buenas propuestas, pero si estamos convencidos de lo que podemos lograr en el Reino de Dios, damos pasos en esa dirección. Incluso, diciendo no a lo que muchos creerían que son buenas oportunidades.
El eje de todo es que sea Dios quien hable a nuestro corazón. Que traiga paz. Si estamos en el centro mismo de Su voluntad, cada paso que demos será en victoria.
5.- Aplique la creatividad
Cuando lideramos un proyecto cristiano o estamos al frente de una comunidad de creyentes, es esencial que hagamos acopio de la creatividad. Ser imaginativos. Si por alguna circunstancia se agotan los recursos, no podemos detenernos. Es necesario avanzar.
La creatividad nos lleva a nuevos niveles siempre. Y en este propósito, contar con un equipo de trabajo es fundamental porque todos pueden aportar ideas, sugerencias, propuestas específicas.
6.- Tenga seguridad en usted mismo
Cuando vamos a las Escrituras encontramos unos versos poderosos. Los comparto con usted, aun cuando estoy seguro que los habrá leído muchas veces: "Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR; mi Dios que alumbra mis tinieblas. Pues contigo aplastaré ejércitos, y con mi Dios escalaré murallas.” (Salmos 18:28, 29. La Biblia de Las Américas)
Si hemos emprendido el sendero tomados de la mano de Dios, ¿por qué temer? ¿Cuál es la razón para seguir albergando dudas y no confiar en las capacidades que Él nos ha dado?
No estamos llamados a la derrota sino a la victoria. Si tenemos definido ese principio en nuestro corazón, avanzaremos por encima de cualquier circunstancia adversa que pueda asaltarnos en el camino. Dios lo hizo un vencedor… ¡Sea seguro de usted mismo!
7.- Genere confianza
Si usted cree en las capacidades, dones y talentos de los cuales Dios le proveyó, podrá avanzar en cualquier proyecto o iniciativa, en un ministerio o en la iglesia. A este elemento hay que sumarle otro muy importante: Generar confianza.
Si no estamos convencidos de cuanto hacemos, los demás no creerán. Si no cumplimos la palabra empeñada, se producirán dudas alrededor de nuestras actuaciones. Dos elementos a considerar: Es fundamental que generemos confianza. Es algo que podemos alcanzar con ayuda de Dios, quien transforma todo nuestro ser.
Dispuestos a alcanzar la victoria
Desarrollar un trabajo eficaz al frente de una comunidad de creyentes o con un equipo no es fácil. Siempre pueden surgir imprevistos e incluso, desavenencias con las personas con quienes interactuamos. Es un costo que debemos calcular y asumir.
No obstante, si nuestras acciones están revestidas de fe y caminamos prendidos de la mano de Jesús el Señor, tenemos asegurada la victoria.
El apóstol Pablo en una de sus memorables enseñanzas a los creyentes de Corinto, escribió: "Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento.” (2 Corintios 2:14. La Biblia de Las Américas)
No es en nuestras fuerzas como alcanzamos la victoria sino cuando damos pasos con el Señor. Nada nos puede detener. Y los obstáculos que salen al paso, se convierten en oportunidades para llegar siempre a nuevos niveles.
Preguntas para evaluar la comprensión y aplicación de la Lección de hoy:
a. - ¿Podría definir qué es un líder influyente? ¿Conoce líderes influyentes en su denominación o comunidad de creyentes?
b.- ¿Le resultaría fácil describir algunas características de un líder influyente en su congregación?
c.- ¿Qué características similares considera que tiene y cuáles son aquellas que debería incorporar a su forma de ejercer el liderazgo y administración?
d.- En su condición de líder, ¿cómo reacciona cuando surgen inconvenientes?
e.- ¿Es usted de aquellas personas que se dan fácilmente por vencidas?
f.- ¿De qué manera podemos aplicar al liderazgo de equipo lo que enseña el Salmos 18 versículos 28 y 29?
g.- ¿Qué confianza le imprime a su vida y liderazgo el texto que leemos en 2 Corintios 2:14?
Publicado en: Escuela Bíblica Ministerial
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