A las puertas del final de los tiempos

Base Escritural: 1 Corintios 7:29-31

Introducción:

¿Sabía usted que el mundo está experimentando convulsiones enormes en todos los órdenes? Crece la violencia, hay falta de fe auténtica, proliferan millares de corrientes filosófico-religiosas que generan confusión, hay una marcada brecha entre pobres y ricos y, para completar, el clima enfrenta modificaciones que difícilmente se presta a augurar qué estaciones y cuándo inician.

Desde la antigüedad Dios anunció que vendrían épocas difíciles que serían la antesala del fin. Y lo estamos viendo por todas partes; sin embargo muchos no solo quieren ignorar esta realidad sino que además, se aventuran a pensar que se trata de una visión apocalíptica de la realidad que enfrentamos.

Hoy miraremos por las Escrituras a qué nos enfrentamos...

I.- Las Escrituras advierten que nos encontramos a las puertas del final de los tiempos.

1.- El mundo se apresta a enfrentar el tiempo final (Daniel 12:1 b).

a.- Será tiempo de angustia como no lo ha experimentado la humanidad desde la creación (v. 1 b).

b.- Sólo serán librados del juicio quienes hayan recibido al Señor Jesucristo como Señor y Salvador y estén inscritos en el Libro (v. 1 c).

c.- Los muertos se levantarán para enfrentar el juicio de Dios (v. 2).

2.- Satanás sabe que le queda poco tiempo y libra una feroz andanada para perseguir a los creyentes y engañar las almas (Apocalipsis 11:12).

3.- El apóstol Pablo advirtió en el primer siglo sobre esta situación (Romanos 13:11; 1 Corintios 7:29-31; Efesios 5:14).

¿Por qué viene tiempo de juicio?

II.- Viene tiempo de juicio porque el tiempo de la gracia de Dios se acerca a su fin.

1.- La gracia llegará a su límite entre aquellos que menospreciaron la Salvación que hay en Cristo. Cinco parábolas ponen en evidencia que cesará la oportunidad ofrecida por Dios al mundo:

a.- La parábola de la cizaña y el trigo (Mateo 13:24-30; 36-43).

b.- La parábola de los peces en la red (Mateo 13:47-50).

c.- La parábola de las diez vírgenes precavidas (Mateo 25:1-13).

d.- La parábola de los talentos (Mateo 25:14-30).

e.- La parábola de las ovejas y los cabritos (Mateo 25:31-46).

2.- La gracia de Dios se ha extendido hasta tanto el mundo conozca la oportunidad que tiene de ser salvo (2 Pedro 3:8, 9).

III.- Todas las señales apuntan a pensar que estamos entrando en el final de los tiempos.

1.- El mundo experimenta una inusitada explosión de corrientes religiosas y de quienes pretenden usurpar al Señor Jesús (Lucas 21:7, 8).

a.- Las estratagemas del enemigo buscan engañar incluso a los creyentes (v. 8 a).

b.- Líderes religiosos se harán pasar por el Cristo; también se proclamarán dueños de la verdad absoluta (v. 8 b).

2.- El mundo experimenta demasiada confianza. Se ha caído en un enorme grado de libertinaje y búsqueda incesante de satisfacer los deseos del género humano, como nunca antes (1 Tesalonicenses 5:1, 2).

a.- Es necesario estar preparados para el fin de todas las cosas (v. 2).

b.- Cuando una sensación de falsa paz embargue al mundo, y tome ese pretexto para caer en el desenfreno, se producirá la crisis final (v. 3).

c.- Una advertencia para el cristiano fiel es mantenerse alerta frente a los engaños de las tinieblas (vv.4-6).

IV.- Los cristianos fieles estarán a salvo en medio de las tribulaciones que se avecinan.

1.- Podrán estar a salvo si recibieron el sello del Espíritu Santo (Efesios 1:13; 4:30).

2.- Podrán estar a salvo si permanecen tomados de la mano del Señor Jesús. Él no permitirá que los arrebaten de su mano (Juan 10:27, 28).

3.- Podrán estar a salvo sí permanecen firmes en la convicción de que gracias al Señor Jesús tienen asegurada la vida eterna (1 Juan 5:12, 13).

Conclusión:

Satanás ha desplegado una bien organizada estratagema encaminada a engañar a los cristianos. Desea adormecer sus sentidos para que no estén apercibidos frente al tiempo final que se avecina. Sin embargo hay salida a la crisis que se avecina. Estriba en tener al Señor Jesucristo en nuestro corazón, reinando como único y suficiente Salvador. Cuando lo recibimos en el corazón, somos sellados con el Espíritu Santo y quedamos a salvo de las tribulaciones que se avecinan.