¿A quién culpar porque los hijos caen en las drogas?

1.- Lectura Bíblica: Cantares 2:15

2.- Meditación familiar:

Colombia y buena parte de suramérica no salían de su asombro cuando se informó que 24 estudiantes de una institución educativa en Bogotá habían mezclado varias sustancias para drogarse. Incluyeron polvo extraído de un extintor para incendios. El incidente terminó con la muerte de un adolescente.

Los padres coincidían en asegurar que jamás vieron nada extraño en el comportamiento de sus hijos. “Era un poco retraído, pero eso no es una enfermedad", dijo una atribulada madrea a la televisión. Uno de los progenitores atribuyó la situación a las malas compañías. “Admito que debemos prestar más atención a los compañeros que frecuentan", dijo.

Cualquiera sea la reflexión de este incidente — que bien puede ocurrir en cualquier ciudad del mundo — , enciende las señales de alarma e invita a pensar sobre el tipo de diálogo y acercamiento que mantenemos con los hijos, los principios y valores que inculcamos en ellos, y las vías a las que acuden los jóvenes de hoy para evadirse de la realidad.

El reconocido experto en tratamiento de adicciones, Efrén Martínez Ortiz, y presidente de la Fundación Colectivo “Aquí y Ahora” analizó el fenómeno y aconsejó en entrevista a la prensa:

"Me preocupa la tendencia sobre qué tanto tienen que buscar los adolescentes salirse de la realidad a través de estas sustancias o cuál es el sentido de esa realidad que les parece aburrida, que no les satisface meterse una droga, sino que quieren tener dos o tres experiencias simultáneas. Ese es el llamado de atención fuertísimo que se debe hacer. Los adolescentes y jóvenes comienzan con cerveza, siguen con cigarrillos y se van adentrando a ese mundo hasta experimentar con marihuana, cocaína o éxtasis y hay que mantenerse alerta con ellos.” (Citado por el diario El País. 17/08/2015. Edición digital. Colombia)

Se estima que los niños y adolescentes con proclividad a estos consumos, se inician a los 12 años, período en el que los padres debemos estar muy atentos. La situación obedece en cierta medida a la cultura libertina en la que se crían. Al ver a sus padres acudir al alcohol y otras sustancias, terminan creyendo que es algo legítimo y replican ese comportamiento. En este aspecto es importante resaltar el buen ejemplo que se les debe brindar.

Hay un poderoso pasaje de la Biblia que aplica a la relación de pareja, pero también en el amor que debe motivarnos en la relación con los hijos. Lo escribió el rey Salomón: "Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor. “ (Cantares 2:15. La Biblia de Las Américas)

Si lee con detenimiento el texto, encontrará que es necesario mantenernos alerta, vigilantes, sin perder de vista nuestra familia y, por supuesto, a la nueva generación que estamos levantando. Probablemente la decisión de escapar a la realidad en las drogas no es producto de las malas amistades sino del poco tiempo que les dedicamos; o tal vez que no hemos cultivado con ellos una sincera amistad, más que un esquema en el que nos presentamos como padres gruñones, sermoneadores, que jamás los escuchan.

Pídale a Dios la sabiduría necesaria para encontrar lo que pudiera estar ocurriendo en su hogar. Es la mejor decisión que puede tomar. Invierta tiempo en su pareja pero también en sus hijos.

No podría despedirme sin antes invitarle para que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo. Es la mejor decisión que jamás podemos tomar. Cristo morando en nuestra vida y familia, es le principio para caminar en victoria.

3.- Oración familiar:

"Mi amado Dios y Padre, te doy gracias porque eres el Dios de la familia, nos amas y nos demuestras ese amor en el cuidado, provisión y acompañamiento diarios. Concédeme como padre o madre la sabiduría necesaria para revisar cómo andan mis hijos, para generar mayor acercamiento hacia ellos y cultivar una sincera amistad. Si tu gobiernas mi relación con los hijos, todo irá bien. En tus manos entregamos este día. Amén"

4.- Una Meta familiar para hoy:

Con ayuda de Dios procuraré cultivar una sincera amistad con mis hijos.