Aprendiendo de Dios para llegar a nuevos niveles
1. Lectura Bíblica: Juan 16:33
2. Versículo para memorizar:
“Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33. NTV)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Recorría una librería callejera, de esas en las que un plástico arrojado en el suelo y un arrume de textos, conforman el carnaval del conocimiento al que todos queremos asistir, al menos quienes amamos las letras.
Muchos tomaban un ejemplar y se sentaban, a pocos metros, a consultar el índice y— de paso— leer unas cuantas páginas. La comprobación anticipada de que el tema era bueno.
“Aquí he aprendido bastante”, me dijo un venerable anciano con la sonrisa de quien encontró la fuente de la eterna juventud. “Leer cambia nuestra forma de pensar”, insistió.
Sus palabras me quedaron dando vueltas en la cabeza minutos después cuando tomaba un cafecito tinto en un negocio cercano. “Leer nos transforma, nos cambia”. Pocas palabras, mucha sabiduría.
¿Ha pensado que precisamente apartar tiempo para leer la Biblia nos edifica? Nunca somos los mismos cuando nos dejamos empapar por sus palabras, que comienzan a producir cambios en nuestro ser. Si a esa disciplina de leer las Escrituras diariamente, sumamos el tiempo que apartamos para orar, tendremos un cristiano en crecimiento constante.
El autor y conferencista internacional, Charles Stanley, escribió:“El tiempo que pasamos con el Señor produce un efecto dramático en nuestra vida cotidiana. Si apartamos períodos para meditar en su Palabra y escuchar lo que Él nos esté diciendo, comenzaremos a notar cambios sutiles y dramáticos… Aunque el deseo de tener una recompensa personal no debe ser nuestra única razón para pasar tiempo con el Señor, de hecho hay bendiciones maravillosas reservadas para quienes reflexionan en su Palabra. Mañana hablaremos de más recompensas que aguardan a los creyentes que meditan en las Sagradas Escrituras.” (Charles Stanley. “La meditación trae bendiciones”.)Tiempo con Dios. Intimidad con el Creador. Leer Su Palabra y orar. Desarrollar amistad con Aquél que hace posible todas las cosas. Es la única manera de permanecer firmes en medio de la adversidad. Encontrar en Dios una roca de la cual prendernos.
Estos pensamientos traen a la memoria lo que enseñó el amado Salvador Jesucristo: “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33. NTV)
¿Está crecimiento espiritualmente? Si no es así, hoy es el día para que haga práctico todo cuando aprende en el libro de los triunfadores que es la Biblia. Siempre hay un buen día para comenzar y es hoy.
Es el mismo Stanley quien también señala que “…cuando permitimos que nuestra relación con el Señor invada los lugares más oscuros de nuestro corazón, podemos encontrar el aliento para aceptar el amor y el perdón asombrosos de nuestro Padre celestial.”
Si en ese propósito no le ha abierto las puertas de su corazón a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá. Ábrale las puertas de su corazón a Cristo, hoy, ahora mismo. Es la vía para comenzar a crecer en lo personal y espiritual.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Acostumbra leer con frecuencia?
b. ¿Qué tiempo toma para leer las Escrituras?
c. ¿Memoriza algún versículo?
d. ¿Ha visto la transformación que produce la Palabra de Dios?
En adelante meditaré en las Escrituras para aprender principios para mi vida y la de mi familia.
Publicado en: Devocionales Diarios
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