Aproveche la segunda oportunidad que Dios ofrece
Base Escritural: 2 Reyes 22: 1-11
Introducción
Todos los seres humanos estamos preparados para vivir, no para partir. Un rey en la historia fue advertido por Dios que pronto partiría a la eternidad. ¿Cuál sería su reacción ante una noticia así? ¿El desespero o, por el contrario, revisar cómo ha caminado con Dios en los últimos tiempos? Hoy es el día para que haga un alto en el camino y reconozca que todos los seres humanos debemos estar preparados para partir a la eternidad.
1. Es necesario estar preparados para la hora de partir (v.1).
“... Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás”
La muerte llega cuando menos lo esperamos. Salvo cuando se trata de una prolongada enfermedad, jamás tenemos la certeza del día y la hora en que partiremos a la eternidad. Esa es la razón por la que muchos emprenden el viaje sin retorno sin estar a cuentas con Dios.
Al leer el primer versículo, entendemos que avisos como el que recibió el rey Ezequías, son escasos. De ahí que debemos estar preparados para ir, en cualquier momento, a la presencia del Señor.
2. Nuestras oraciones deben ser sinceras (vv. 2, 3).
“Entonces él (Ezequías) volvió el rostro a la pared, y oró a Jehová...” (v.2)
Es frecuente escuchar en muchos servicios religiosos una concatenación de palabras sin sentido o lastimeras que llevan a pensar en funerales antes que en un período de diálogo con el Señor. Orar es hablar con el Señor.
Orar no debe ser una exageración ni un montaje teatral para impresionar al Todopoderoso. Dios nos conoce y tiene claro si hay honestidad en lo que decimos. La oración del rey Ezequias, que hallamos en los versículos dos y tres, nos revelan una actitud sincera, nacida de lo más profundo del corazón. Así es como deben ser nuestras oraciones: auténticas, honestas, transparentes. “Y lloró Ezequías con gran lloro” (versículo 3 b).
3. Dios escucha nuestras oraciones (vv. 4,5)
“Vuelve, y di a Ezequias, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano...” (v.5)
Diariamente recibo muchas comunicaciones de personas que argumentan desánimo: consideran que Dios no escucha sus oraciones. Pero están equivocados. Estos dos versículos no solo enseñan que nuestro amado Dios nos oye, sino que responde. No podemos dejar de clamar. No en vano recomienda el apóstol Pablo: “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
4. Dios nos ofrece una nueva oportunidad (vv. 5, 6)
“Y añadiré a tus días quince años...” (v.6)
Imagine alguien condenado a muerte. Cada hora escucha con ansiedad las pisadas de los guardias en el pasillo. Y teme que vengan por él. Son momentos de angustia que se repiten una y otra vez. Un día y otro... y otro más. Pero una tarde cualquier escucha las llaves en la puerta de su celda. Le llaman por su nombre y, a renglón seguido, una nota: Y no es la indicación del día que se cumplirá la sentencia, sino el...¡Indulto!
Puedo asegurarle que, en adelante, vivirá al máximo cada instante. Igual ocurrió con la vida de Ezequías. A partir de ese momento disfrutó a plenitud cada segundo, cada minuto, cada hora... Dios nos ofrece una nueva oportunidad, y no podemos ni desecharla ni desperdiciarla...
5. Dios nos ofrece una salida a la encrucijada (v. 7)
“Y dijo Isaías: tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga y sanó” (v. 7)
En manos de Dios, las cosas pequeñas pueden dar grandes resultados. Normalmente ese preparativo no habría servido de mucho, pero cuando se aplicó con la bendición de Dios, trajo sanidad. El Señor obra milagrosamente a partir de cosas elementales. ¡Son las maravillas que puede hacer nuestro Creador!.
Conclusión:
Por muchos errores que hayamos cometido, los seres humanos tenemos derecho a una segunda oportunidad. Dios ofrece siempre esa oportunidad a su pueblo y nosotros no podemos negársela a quienes, estando a nuestro alrededor, cometen algún error y piden perdón.
Publicado en: Sermones
Copia el siguente texto a tu muro de Facebook:
https://www.mensajerodelapalabra.com/site/index.php/aproveche-la-segunda-oportunidad-que-dios-ofrece/
Temas Relacionados:
Lecciones prácticas y sencillas para su crecimiento en intimidad con Dios.