Avive sus sueños y no se deje vencer por los obstáculos
1.- Lectura Bíblica: 1 Crónicas 4:9, 10
2.- Versículo para memorizar:
“Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe. Y le otorgó Dios lo que pidió” (1 Crónicas 4:9, 10).
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
La idea le nació un atardecer en el que, sentado en una silla de la Plaza de Caycedo, en pleno centro de Cali, mientras disfrutaba de la fresca brisa proveniente de los farallones del costado occidental de la metrópoli.
“¿Qué hacer para sacar niños y jóvenes inmersos en el bajo mundo de las calles?”, se preguntaba una y otra vez hasta ese preciso instante en el que — como en las caricaturas — sintió que se prendió el bombillito que le hizo pensar: “¡Claro... la solución ha estado siempre ahí!”, para — acto seguido — concebir el sueño de crear una escuela de actos circenses para estimularlos a ocupar su tiempo en otras cosas.
Comenzar no fue fácil. De un lado, pocos creían que a través del arte se pudiera rescatar una juventud involucrada en drogas y robo. De otra parte, lo inverosímil del proyecto llevó a que todos aquellos a quienes pidió apoyo, le cerraran las puertas con la vaga promesa de: “Otra vez será...”
Hoy su sueño es una realidad. Un centenar de chicos y chicas son los primeros graduados.
Ahora son malabaristas, mimos, payasos, magos y equilibristas. Cursaron su formación en la carpa multicolor que se levanta al norte de la ciudad, en un campo tan grande como sus aspiraciones.
Si usted le pregunta cómo lo hizo, le responderá, con esa sonrisa que le acompaña siempre y que caracteriza a los optimistas: “Dios me ayudó siempre”.
Y tiene toda la razón. Su fe le permitió ver el nacimiento y fortalecimiento de lo que hoy se conoce como Escuela de Circo “El Samán”.
¿Alguna vez ha meditado acerca de en dónde quedaron sus sueños? Tal vez renunció a ellos y aún no era tiempo de hacerlo. Falta mucho por hacer. Quizá, sumando creatividad a determinación y perseverancia, tres palabras claves, habría logrado llegar lejos.
Pero, ¡tenemos buenas noticias! No es tarde para emprender el cambio y el camino hacia la cumbre. Ahora mismo puede ser. Hoy. Allí donde se encuentra. Basta que tome esa determinación.
Sólo llegan a sus metas, quienes sueñan. Y alcanzan nuevos peldaños en la escalera al triunfo, aquellos que –tomados de la mano de Dios— no se dejan vencer pese a las dificultades.
Sin que las Escrituras especifiquen mucho respecto a sus orígenes, trascendencia o el momento en que tuvo un encuentro personal con Dios, encontramos un registro acerca de Jabes, un soñador de tiempo completo.
Dice la Biblia “ Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe. Y le otorgó Dios lo que pidió ” (1 Crónicas 4:9, 10).
Pensaba y actuaba diferente. Tal como ocurre con aquellos que tienen metas. Se convierten en piedras de tropiezo para quienes les rodean, en el blanco de sus burlas y críticas o quizá, objeto de la indiferencia general por el hecho de ir en contravía. Pero Dios prosperó sus anhelos. Igual puede hacer hoy con su vida... No deje de soñar grandes sueños....
Piense por un instante que Dios ama a los soñadores. Lo ama a usted y quiere ayudarlo a alcanzar sus sueños, pero es esencial que tome una decisión: reciba a Jesucristo en su corazón.
Reciba a Jesús en su corazón como su único y suficiente Salvador. Es una decisión dela que jamás se arrepentirá.
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Cree que usted podría aportar algo para cambiar las circunstancias de las personas que le rodean?
b.- ¿Recuerda cuándo renunció a sus sueños?
c.- ¿Qué le llevó a renunciar a sus sueños?
d.- Hablando de los sueños que anidamos en el corazón, ¿qué le enseña a su vida el texto de 1 Crónicas 4:9, 10?
e.- Con ayuda de Dios retomaré mis sueños y proyectos, los pondré en Sus divinas manos en procura de su ayuda poderosa
Publicado en: Devocionales Diarios
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