Cinco actitudes para permanecer firmes en la fe
Es el único atleta del mundo que siempre llega último, pero lo hace con una enorme sonrisa en su rostro. ¿La razón? Rick Van Beek ha participado en 50 triatlones con su hijita Maddy, de 11 años, quien padece de parálisis cerebral. La lleva en un tricilo y, de ser un competidor anónimo saltó a los diarios y revistas como ejemplo vívido de convencimiento, compromiso y perseverancia.
— Ella es mi corazón y soy sus brazos y sus piernas; por eso participo en las competencias — , respondió tranquilamente a la respuesta de por qué lo hacía.
Todo comenzó en el 2008 cuando Rick tenía muchos padecimientos por el sobrepeso y su adicción al cigarro. Cuando decidió correr, su hijita lo seguía con la mirada y él comprendió que le gustaba verlo. En adelante iba con ella siempre.
Hoy promueve el amor a la familia y el compromiso con los hijos. Está contemplando, incluso, la posibilidad de establecer una fundación orientada a conseguir recursos para los niños con parálisis cerebral.
La historia de este amoroso padre impacta por tres elementos que cito nuevamente: convencimiento, compromiso y perseverancia.
Son los mismos principios que debemos asumir como cristianos y que toman fundamento en un conocido texto del apóstol Pablo en 1 Corintios 9. Comparto esos cuatro sencillos y prácticos cimientos que le ayudarán en su crecimiento personal y espiritual:
1. La Perseverancia
Las circunstancias adversas y más cuando hemos emprendido un proceso de cambio, nos amenazan con sacarnos del camino. Los obstáculos salen al paso cuando menos lo esperamos.
¿Quiénes resultan vencedores? Aquellos que perseveran. Muchos lo intentan y es posible que emprendan bien la carrera, pero a infinidad de quienes he visto creerse súper espirituales, se dan por vencidos fácilmente.
El apóstol Pablo abordó la situación de la siguiente manera: “ ¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero sólo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar! ” (1 Corintios 9:24, 25. Nueva Traducción Viviente)
Los ganadores en una competencia, aun cuando lleguen últimos, son aquellos que perseveran; que no se dan por vencidos a pesar de tener todo en contra. Trasladado a la vida cristiana, aquellos que siguen creyendo y fieles a Cristo aun cuando el mundo se les venga encima.
2. Ponga la mirada en Cristo
Los líderes cristianos fallamos, las denominaciones cristianas fallan, las pautas que proclamamos como infalibles terminan fallando. ¿La razón? El cuerpo de Cristo lo componemos seres humanos; pero más allá: nos asiste el convencimiento de que somos súper espirituales y nos desprendemos de la mano del Salvador.
El problema es que como consecuencia de nuestros errores, muchas personas terminan yéndose de la Iglesia y esto no es justo delante de nuestro amado Señor porque terminamos enlodando con el mal testimonio, la obra del Reino.
¿Cuál es el consejo? Si alguien yerra allí donde usted se congrega, no se deje arrastrar por la situación porque quizá el más perjudicado al apartarse de la vida cristiana, será usted mismo. Debe seguir adelante, puesta la mirada en Cristo como dicen las Escrituras: “ Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. ” (1 Corintios 9:25. Nueva Traducción Viviente)
Ore por quienes han caído en error y usted, prendido de la mano de Jesucristo, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda.
3. Nuestra meta: llegar al final
Es probable que en el andar cristiano experimentemos ataques, burlas, oposición y la consecuencia será el desánimo; pero no nos podemos dejar vencer como recomienda el apóstol Pablo: “ Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire.” (1 Corintios 9:26. Nueva Traducción Viviente)
Conozco a una joven mujer cuyo esposo se burlaba cuando ella llegaba de la iglesia. “Miren a la santurrona”, solía decirle. Varias veces estuvo tentada a no seguir adelante; no obstante, perseveró. Incluso, oraba por la conversión de su cónyuge. ¡Hoy él es diácono de la congregación!
Aun cuando nos cuestionen por nuestra fe, es necesario seguir adelante como lo enseña el teólogo alemán, Alsem Grün, señala:
“…desde mi experiencia con la gente considero que el principal clamor es la búsqueda de algo que le dé sentido a la vida. Otro clamor tiene que ver con el miedo, la presión que se siente con respecto al trabajo, a la familia, a la forma como vivimos; el miedo a sentir que la vida no es exitosa. Y el tercer clamor podrían ser las relaciones interpersonales en la vida de la pareja, en el trabajo y con los hijos” (“Espiritualidad y sabiduría cristiana en tiempos de búsqueda de sentido”. Revista Nueva Vida. Edición 52. Junio 2012. Colombia. Pg. 41)
4. Asuma nuevos principios de vida
La vida cristiana se fundamenta en nuevos principios. Debemos asimilarlos en nuestra mente, interiorizarlos, y reflejarlos en cuanto hacemos.
El apóstol Pablo –utilizando la figura de la preparación a la que se somete un atleta— instruye la importancia de darnos a esa tarea: “ Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado. ” (1 Corintios 9:27. Nueva Traducción Viviente)
Predicamos y ponemos en práctica. Coherencia. Obrar en consonancia con lo que decimos.
5. Decídase a cambiar
Probablemente sienta que se le dificulta cambiar o seguir adelante. No se de por vencido fácilmente. Vuelva su mirada a Dios en oración, pida su guía y espere en Él, hasta que le muestre el camino. Sin duda escuchará la voz de Dios y no se equivocará, como enseña la conferencista internacional, Mary Ruth Swope:
“Dios en su sabiduría ha proveído maneras para que nosotros probemos si realmente hemos oído la voz de Dios. No se apresure en su orgullo o presunción con una palabra que quizá sea de “otro pastor” y no de Dios. Esperando y probando, le ayudará a evitar errores. Recuerde: Dios nunca está de prisa” (Mary Ruth Swope. “Escuchando en la oración”. Swope Enterprise. Ee.Uu. 1987. Pgs. 76, 77)
Dios hará algo especial en su existencia, si depende de Él y sigue avanzando, fundamentado en los principios que aprendemos cada día en la Biblia. Puedo asegurarle que su crecimiento personal y espiritual será una maravillosa realidad.
Hoy es el día oportuno para que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo. Puedo asegurarle que jamás se arrepentirá. Él será quien transforme todo su ser. No deje pasar este momento y recíbalo en su corazón como su único y suficiente Salvador.
Publicado en: Estudios Bíblicos
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