¿Cómo alcanzar la sanidad interior?

Base Bíblica: Génesis 41:50-53; 45:1-8

Introducción:

La vida de José, que pasó buena parte de su vida en casa de un rico en calidad de esclavo, posteriormente al frente de una cárcel y, por último, llegó a ser el segundo al mando en todo Egipto, es el fiel reflejo de que alguien sometido a sufrimiento, llega a alcanzar sanidad interior con ayuda de Dios. No es un proceso que logramos exitosamente en nuestras fuerzas, sino tomados de la mano de Dios. Él, nuestro amado Señor, es quien trae la sanidad a las heridas del alma.

I.- LA SANIDAD INTERIOR COMIENZA CUANDO NOS DECIDIMOS A PERDONAR

1.- José decidió perdonar el daño y dolor que le causaron sus hermanos

2.- Olvidar el pasado de daño y dolor que nos causaron es el propósito de Dios para nuestras vidas. Dejar atrás todo hecho traumático que nos atormenta (Isaías 43: 18, 19)

a.- Para recibir sanidad interior pedimos ayuda a Dios en oración

b.- Dios nos permite permanecer firmes en la decisión de perdonar

3.- Con ayuda de Dios somos libres de la amargura (Hebreos 12: 14, 15)

a.- Nuestra amargura contamina a otras personas

b.- Nuestra amargura es como un veneno: causa mucho daño

II.- LA SANIDAD INTERIOR SE AFIANZA CUANDO DECIDIMOS SER LIBRES DE LA CARGA

1.- Dios transformó el dolor del corazón de José en una tremenda bendición (Génesis 45:1-8)

2.- José reconoció en la adversidad un propósito de Dios para su vida (Génesis 45:7, 8)

Es importante preguntarnos:

a.- ¿Por qué estoy enfrentando ésta situación?

b.- ¿Para qué estoy enfrentando esta situación? ¿Qué debo aprender en esta circunstancia específica?

3.- Si nos sometemos a Dios, aún en medio del dolor, permitiremos que Él cumpla su propósito en nosotros (Romanos 8:28)

III.- LA SANIDAD INTERIOR TIENE SU MAYOR DESARROLLO CUANDO DECIDIMOS PERDONAR

1.- Dios es quien nos ayuda a ser libres de toda situación que nos genera heridas emocionales (Génesis 50:15-17)

2.- Dios obró sanidad interior en Esaú para que pudiera perdonar a sus hermanos (Génesis 33:4)

3.- Cuando perdonamos, no en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios, llegamos a ser verdaderamente libres (Génesis 58:6-9)

Conclusión:

Dios es quien produce en nuestro mundo interior la sanidad que tanto anhelamos. José es una prueba fehaciente. Dios trató con su vida. Lo hizo libre de las ataduras. Perdonó y su mundo interior fue saneado. Él lo hizo posible. Podemos seguir con las heridas en nuestro corazón a cuestas, o ser libres. Es una decisión que solamente usted y yo podemos tomar. Dios no nos obliga. Y si nos decidimos por la libertad en Cristo, viene de la mano con esa libertad, la sanidad interior.