Cómo ejercer influencia a través de sus acciones
Base Bíblica: Mateo 7:15-20.
Introducción:
Un reconocido autor de nuestro tiempo, el pastor Michael Catt, escribe en el libro “Vidas valientes” que si de algo adolece nuestra sociedad, es de líderes comprometidos que ejerzan una poderosa influencia en su vida familiar, en la sociedad en la que se desenvuelven, y en la iglesia.
El talón de Aquiles radica en que, quienes anhelan liderar, carecen de fundamentación, más de que carácter académica, de orden personal. No han sido transformados. En la mayoría de los casos, no han permitido que el Señor Jesucristo produzca modificaciones profundas y permanentes en su manera de pensar y de actuar.
Es necesario hacer un alto en el camino. Revisar en qué estamos fallando y proceder a imprimir cambios, con ayuda de Dios. Es lo único que nos permitirá ejercer un liderazgo auténticamente transformador, que toque las bases más sensibles de la sociedad hasta llevar a la familia y a las personas con las que interactuamos de manera permanente, a un nuevo nivel, de cambio y crecimiento. El proceso comienza con nosotros. No podemos esperar nada de otros, si nosotros no hemos dado el primer paso.
¿Está usted ejerciendo una influencia transformadora? ¿Cómo lograrlo?
I.- DIOS ES QUIEN NOS LLAMA Y PREPARA PARA EJERCER UN LIDERAZGO INFLUENCIADOR
1.- La capacidad de influir es un requisito fundamental para liderar.
2.- Si las personas no nos siguen, es una evidencia de que algo está pasando en nuestra capacidad de liderazgo.
3.- Si nos disponemos para Dios, Él hará la obra completa (Filipenses 1:6)- Dios obrará en nuestro ser.
- Dios nos llevará a liderar eficazmente.
II.- EL LÍDER INFLUENCIADOR DEPENDE DE DIOS
1.- Depende de Dios en oración (Jeremías 29:11-13)
2.- La dependencia de Dios, nos lleva a la llenura de Su Espíritu Santo (Efesios 5:18)
3.- La oración nos libera de las cargas (1 Pedro 5:7)- Dios honra nuestra fe.
- Dios nos torna eficaces en cuanto hacemos.
III.- DIOS DEMANDA FE Y PERSEVERANCIA EN QUIENES DESEAN LIDERAR INFLUENCIADORES
1.- La dependencia de Dios nos permite desarrollar una actitud de fe (Romanos 8:3)
2.- Dios nos enseña a servir con humildad (Juan 13:1-17)- Amar a Dios y a su pueblo.
- Ser conscientes de nuestro llamado.
- Reconocer que a través de lo que decimos y hacemos, ejercemos influencia.
Conclusión:
Las Escrituras enseñan que somos sal y luz del mundo (Mateo 5:13-16). Jamás podemos perder de vista esta realidad. Cuanto digamos y hagamos influenciará en otras personas. Puede ser para bien o para mal. De ahí que debamos tener una experiencia personal con el Señor Jesucristo y dejar que Él produzca en nosotros cambios para que el ejercicio de nuestro liderazgo familiar, social y eclesial, sea eficaz.
¿Ya evaluó cómo anda su liderazgo? Es hora de hacerlo. Probablemente se sorprenderá de los cambios que es necesario aplicar a su existencia.
Tenga presente que Dios es quien nos llama a desarrollar un liderazgo influenciador, nos capacita y demanda perseverancia y fe. Lograrlo solamente es posible cuando dependemos de Él.
Hoy es el día para que nuestro caminar con el Señor cambie, y de paso, para que la forma como influenciamos a quienes nos rodean, produzca transformación.
Publicado en: Sermones
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