¿Cómo ejercer influencia en los demás a través de la comunicación?
Base Bíblica: Proverbios 18:21; Eclesiastés 12.11
Introducción:
Una de las características que identifica al cristiano, gira alrededor de la forma como se comunica. Saber cuándo hablar y cuándo callar. Eso es esencial. Y quien nos otorga la sabiduría para hacerlo es el Señor Jesucristo, quien guía todos nuestros caminos y por supuesto, transforma nuestros pensamientos y acciones.
La conferencia de hoy resulta sumamente valiosa porque nos permite desarrollar bases para manejar comunicaciones de excelencia en las relaciones interpersonales.
I.- EL ÉXITO DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES COMIENZA CON UNA BUENA COMUNICACIÓN
1.- El éxito en las relaciones con todas las personas, depende de la forma como desarrollamos nuestra comunicación.
1.1.- El Señor Jesucristo es el más grande ejemplo de un buen comunicador.
1.2.- El cristiano está llamado a ser un excelente comunicador (1 Juan 1:1-5)
2.- Es necesario tener un adecuado acercamiento a las personas (Mateo 3:1, 2)
2.1.- Una buena comunicación parte de conocer a nuestro interlocutor.
a.- El Señor Jesucristo se interesó en las personas.
b.- Para el Señor Jesucristo estaban primero las personas antes que el mensaje.
c.- Los mensajes del Señor Jesucristo estaban orientados a generar un cambio actitudinal y comportamental.
2.2.- Es importante no solo cómo decimos las cosas sino cómo las entienden.
3.-Nuestro mensaje debe ser conciso y comprensible a todas las personas (Mateo 13:3-8)
3.1.- El compromiso de un cristiano con un alto nivel de comunicación, radica en tomar un mensaje complejo y transmitirlo de la manera más sencilla posible.
3.2.- El asunto no es lo que decimos sino cómo lo decimos.
Para desarrollar una buena comunicación es necesario definir:
a.- El tema que vamos a compartir
b.- Expresarnos en términos sencillos, comprensibles
c.- Utilizar en lo posible ilustraciones que feliciten la comprensión y del mensaje.
4.- Es necesario tener sabiduría para saber cuándo hablar y en qué momento callar (Mateo 13:57, 58)
II.- DEBEMOS PROCURAR QUE NUESTROS MENSAJES TENGAN TAL TRASCENDENCIA QUE DEJEN HUELLA EN LOS DEMÁS
1.- Al comunicarnos relevamos qué hay en nuestro interior (Mateo 13:53-56)
1.1.- La credibilidad en lo que decimos se fundamenta en nuestros hechos.
1.2.- Cuando alguien nos escucha, se pregunta:
a.- ¿Por qué debo creer a lo que me dice?
b.- ¿Esta persona despierta mi confianza?
c.- ¿Realmente esta persona está interesada en lo que le digo?
2.- Es fundamental que al compartir el mensaje demostremos convicción (Mateo 4:18-20)
2.1.- No hay temas aburridos, sino interlocutores aburridos.
2.2.- No hay audiencia pequeña, sino interlocutores pequeños.
3.- Nuestros mensajes deben generar reacción (Mateo 13:51,52)
3.1.- Preguntémonos, ¿cómo reaccionan las personas ante lo que les decimos?
3.2.- El Señor Jesucristo compartía mensajes que permitían que el interlocutor aprendiera, e hiciera algo (cambios)
III.- UNA BUNEA COMUNICACIÓN TOMA SOLIDEZ EN LA ACTITUD QUE TRANSMITIMOS
1.- Nuestras actitudes contagian.
2.- Es esencial que miremos a la persona al hablarle.
3.- Póngase en los zapatos de su interlocutor.
4.- Transmita pensamientos y acciones motivadas por el Señor Jesucristo (Filipenses 4:6,7)
5.- Mida el alcance de lo que dice (Eclesiastés 12.11)
Conclusión:
Los cristianos somos exitosos o entramos en franca derrota a partir de lo que decimos y hacemos. La comunicación es esencial. Es un principio en el que debemos movernos. Saber hablar tiende puentes hacia los demás. Si no nos expresamos apropiadamente, por el contrario producimos consecuencias negativas.
En el Señor Jesucristo encontramos un excelente ejemplo del comunicador por excelencia y los principios aprendidos hoy, serán de enorme ayuda sin lugar a dudas. Lo importante es ponerlos en práctica.
Publicado en: Sermones
Copia el siguente texto a tu muro de Facebook:
https://www.mensajerodelapalabra.com/site/index.php/como-ejercer-influencia-en-los-demas-a-traves-de-la-comunicacion/
Temas Relacionados:
Reflexiones bíblicas diarias para emprender el crecimiento de la relación de pareja y a nivel familiar.