mensajerodelapalabra.com :: Para uso personal solamente. Prohibida su reproducción total o parcial sin la autorización de autor.

mensajerodelapalabra.com

 

¿Cómo escuchar la voz de Dios?

¿Cómo escuchar la voz de Dios?

Base Bíblica: 1 Samuel 3:1-21

Introducción:

Escuchar la voz de Dios es muy importante en nuestra vida personal, familiar y ministerial. Cuando no lo hacemos, es decir, cuando incurrimos en la insensibilidad cuando Dios nos habla, entramos en crisis. En el Reino de Dios no somos indispensables. Él puede levantar líderes con un corazón dispuesto, que le sirvan conforme a Su voluntad, que lideren a sus familias bajo principios cristianos y, además, que den lo mejor de sus vidas en el servicio del ministerio al que el Señor nos haya llamado.

Las vidas del sacerdote Elí y del profeta Samuel, constituyen un valioso ejemplo para nuestro tiempo. Los hechos ocurrieron alrededor del año 1000 a.C.

Curiosamente, el sacerdote Elí llevaba 40 años ministrando en Israel, pero su vida era un caos; Samuel, por su parte, era un jovencito criado en el templo, que probablemente dormía en el atrio, donde varias habitaciones estaban destinadas a los servidores. Los corazones de uno y otro eran distintos. El de Elí se había tornado insensible a la vez de Dios mientras que el de Samuel comenzaba el proceso de aprender a escucharlo.

Esa experiencia que analizaremos a la luz de las Escrituras, marcaría sus vidas para siempre, y nos arrojan principios importantes para avanzar en victoria a nivel familiar y ministerial.

¿Cómo podemos escuchar la voz de Dios? ¿Cuál es el propósito de escuchar la voz de Dios?

I.- CUANDO NO ESCUCHAMOS LA VOZ DE DIOS, NUESTRA VIDA FAMILIAR Y MINISTERIAL ENTRA EN CRISIS

1.- El sacerdote Elí escuchaba la voz de Dios pero no la obedecía.

a.- Dios le advirtió a Elí tocante a sus hijos que andaban en malos caminos (1 Samuel 2:27-29)

b.- Dios le recordó a Elí que Él honra a quienes le honran (1 Samuel 2:30)

c.- Dios le anunció a Elí que cortaría a su familia del servicio ministerial (1 Samuel 2:31-34)

d.- Dios le anunció a Elí que levantaría un nuevo sacerdote (1 Samuel 2:35, 36)

2.- El sacerdote Elí fue negligente a escuchar y obedecer la voz de Dios (1 Samuel 3:11-14)

a.- El sacerdote Elí no aplicó correctivos oportunos al comportamiento de sus hijos (1 Samuel 2:22-24; Levítico 15:31)

b.- El sacerdote Elí había perdido autoridad con sus hijos (1 Samuel 2:25)

3.- El sacerdote Elí, producto de su situación familiar y ministerial, dejó de escuchar la voz de Dios y de experimentar visiones (1 Samuel 3:1 b)

4.- El sacerdote Elí, insensible a la voz de Dios, incurrió en varios errores:

a.- Manipuló a Samuel, al ponerle de presente que como sacerdote ejercía un ministerio (1 Samuel 3:17)

b.- Era débil de carácter. No disciplinaba a sus hijos.

c.- No ejercía un adecuado liderazgo familiar y ministerial.

d.- Se distanció progresivamente de Dios.

e.- No fue fiel a Dios.

5.- La vida del sacerdote Elí nos enseña la necesidad de recobrar el liderazgo familiar y ministerial.

II.- CUANDO NOS DISPONEMOS PARA DIOS, PODEMOS ESCUCHAR SU VOZ

1.- Como Samuel, disponemos nuestro corazón para servir a Dios (1 Samuel 3:1 a, 2, 3)

2.- Como Samuel, desarrollamos sensibilidad espiritual y crecemos en Dios (1 Samuel 2:26)

3.- Como Samuel, progresivamente aprendemos a conocer la voluntad de Dios (1 Samuel 3:4-9)

4.- Como Samuel, prestamos atención para escuchar la voz de Dios (1 Samuel 3:10-14)

a.- Reconocemos la grandeza de Dios.

b.- Nos sometemos a Dios: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

5.- Debemos preguntarnos: ¿Estamos siendo sensibles para escuchar la voz de Dios? Ahora, si escuchamos la voz de Dios, ¿estamos dispuestos a obedecerla?

III.- CUANDO ESCUCHAMOS LA VOZ DE DIOS DEBEMOS SER OBEDIENTES

1.- En un momento tan crítico como el que vivía Israel, Samuel se dispuso para ser parte del plan de Dios.

2.-Dios mostró que en su cadena de mando no prevalecen el cargo, el título ni los años de servicio, sino la fe y la obediencia.

3.- Samuel evidenció integridad en su vida (1 Samuel 3:16-18)

4.- Dios confirmó y respaldó el ministerio de Samuel (v. 19)

5.- Dios le dio reconocimiento a Samuel (v. 20)

6.- Dios le hablaba a Samuel, y Samuel aprendió a escuchar y obedecer su voz (v. 21)

Conclusión:

Todos podemos encarnar las mismas experiencias del sacerdote Elí o del profeta Samuel. Son las dos opciones que tenemos a mano. Ser obedientes a Dios, al escuchar su voz, o como el viejo sacerdote, caer en la insensibilidad al Señor, producto de tantos años de servicio en el templo, tiempo en el que dejó florecer la rutina.

Cuando desarrollamos sensibilidad a la voz de Dios y nos disponemos a obedecerla, apreciaremos cambios en nuestra vida familiar y ministerial. Saltará a la vista. Todos lo verán.

El proceso comienza con la disposición de corazón. Él, nuestro amado Dios, está dispuesto a ayudarnos. Si damos ese paso, comenzaremos a desarrollar sensibilidad a la voz del Señor cuando nos hable, para guiarnos y llevarnos a la victoria en todas las etapas de nuestro desenvolvimiento, con la familia y en la iglesia.

¿Está usted dispuesto a escuchar la voz de Dios? Hoy es el día para tomar esa maravillosa decisión.

Publicado en: Sermones


Copia el siguente texto a tu muro de Facebook:
https://www.mensajerodelapalabra.com/site/index.php/como-escuchar-la-voz-de-dios/



Temas Relacionados: