¿Cómo resolver conflictos conyugales?

"Desde hace varios meses enfrento problemas con mi esposa. No se torna fácil el dialogar. A veces, cuando comenzamos a hablar, en busca de soluciones, terminamos en problemas mayores. Me inquieta porque la amo y desearía encontrar una salida a la situación que vivimos."

C.G.H., desde Guayaquil, Ecuador.

Respuesta:

La relación conyugal es muy sensible. Demanda que tengamos en cuenta, no solamente nuestros sentimientos, sino, también, los de la persona que Dios a puesto a nuestro lado y que nos acompaña en el maravilloso viaje del matrimonio.

Si estamos enfrentando dificultades en la relación, es apropiado hacer un alto en el camino, acogiendo lo que nos enseña el Señor, y revisar en qué estamos fallando con el propósito de imprimir correctivos:

"Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.” (Hageo 1:5 | RV 60)

Cuando decidimos asumir modificaciones en nuestra forma de pensar y actuar con la pareja, se pueden evitar muchos dolores de cabeza, heridas emocionales y, de paso, con una actitud adecuada en el hogar, honramos al Padre celestial.

La psicóloga y escritora, Patricia Ramírez, anota:

“A veces la pareja adolece de pequeños problemas que vamos desatendiendo pensando que se arreglarán solos o que no son los suficientemente importantes. Y esas pequeñeces van minando la relación hasta convertirla en algo insoportable.”

¿Por qué debemos evaluar a tiempo?

Si descubrimos que nuestro comportamiento deja mucho que desear, y no cambiamos, lo más seguro es que vamos camino al abismo, es decir, al divorcio. Es necesario reparar cuanto antes el portillo, como lo advierten las Escrituras:

"Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas...” (Cantares 2: 15 | RV 60)

El asunto es que, en ocasiones, dejamos de lado tomar acciones específicas y evitar el progresivo deterioro de la relación matrimonial. No podemos conformarnos a que las dificultades se tornen recurrentes porque pueden rayar en la frontera de las relaciones tóxicas.

Errores comunes y destructivos  

Buena parte de las parejas que acuden a consejería, coinciden con diez errores que describimos a continuación, a los cuales no han puesto correctivos:

• Partir del presupuesto que nuestra pareja sabe lo que queremos
• Pretender convencer a nuestro cónyuge con nuestros argumentos
• No ponerse en el lugar de la otra persona
• No poner límites en cuanto a lo que nos gusta o no nos gusta
• No dedicar tiempo a la persona que amamos
• Caer en el descuido físico
• Alimentar una mala comunicación
• No abordar a tiempo los conflictos para resolverlos
• Eliminar comentarios como “Contigo es imposible hablar”
• Pretender controlar el comportamiento del cónyuge

Por supuesto que a veces resulta difícil superar estos escollos en la relación conyugal. Y es así porque luchamos en nuestras fuerzas y no en las de Dios. Él es quien nos permite alcanzar la victoria.

El primer y más importante paso, es permitir que Jesucristo reine en nuestra existencia. El segundo, que le permitamos gobernar en nuestro hogar. Una ruta fundamental para encontrar soluciones a los problemas que tenemos con la pareja. ¡Hoy es el día para decidirnos a cambiar, con el poder de Jesucristo!