¿Cómo se elabora y presenta una Lección para Célula Familiar?
(Lección 7)
Una de las grandes ventajas que tenemos hoy día es la abundancia y variedad de material disponible en el mercado para impartir enseñanzas bíblicas. Sin embargo no hay nada más satisfactorio que elaborar y compartir nuestras propias lecciones.
Es tanto como preparar un alimento agradable, al que ponemos mucho amor y dedicación, antes de ofrecerlo a nuestros invitados que, en este caso, son los asistentes a la Célula Familiar o Grupo de Estudio Bíblico.
Hacerlo es sencillo si dependemos de Dios. Basta que hayamos asumido tres principios esenciales:
El primero, oración. Clamar porque Dios nos muestre qué quiere que compartamos con su pueblo.
El segundo, estudio sistemático de las Escrituras. En la medida que leamos la Biblia con frecuencia, es más fácil recibir de parte de Dios indicaciones claras sobre qué pasaje quiere que le compartamos a la concurrencia.
Y el tercero, disciplina para elaborar con tiempo y dedicación, la enseñanza.
Defina un pasaje bíblico
El primer paso es seleccionar el pasaje. Tenga en cuenta que sea corto, sin que exceda los diez versículos. Que sea fácil de entender. Que no sea profundo en cuanto a contenido teológico.
Jamás olvide que los visitantes y asistentes a la Célula o Grupo de Estudio Bíblico son en su gran mayoría personas que recién están aprendiendo respecto a los rudimentos de la vida cristiana.
Léalo una y otra vez. Cuantas más veces, mejor. Es importante que tenga claro el contenido. Que usted se familiarice con lo que dice allí. Casi pueda memorizarlo de manera que al exponerlo tenga facilidad en el manejo de los versículos.
Aplíquelo a su vida
Ahora que se familiarizó con el pasaje bíblico y que ha orado a Dios en procura de orientación, tome papel y lápiz.
Formúlese estas sencillas preguntas: ¿Qué dice este pasaje a mi vida? ¿Cómo puedo aplicar esta enseñanza? ¿Cuáles son los principios bíblicos que puedo aprender y además, compartir con los asistentes a la Célula o Grupo de Estudio Bíblico?
Normalmente le invitaría para que hiciera un estudio de exégesis y hermenéutica profunda. Pero estas indicaciones en caso de que fuera a compartir el mensaje con la membresía de su congregación.
Sin embargo, aquí estamos tratando con personas que recién llegan a los pies de Jesucristo. Se requieren por tanto principios de vida cristiana práctica. No tanta teología sino pautas de cómo vivir a Cristo en el día a día.
Si tiene a disposición varias versiones de la Biblia, excelente. Pueden ser la Reina Valera 1995, la Nueva Versión Internacional, la Versión Popular “Dios habla hoy”, la Biblia de Las Américas y la versión “Nuevo Testamento la Palabra de Dios para todos”, que me ha parecido extraordinaria, y que se puede adquirir a un precio muy módico en la sede de La Liga Bíblica de su ciudad.
El siguiente paso es comparar el texto que compartirá en una y otra versión. Seguramente obtendrá claridad plena de todo cuando quería decir el autor. Tome notas, en particular de aquellos aspectos que le han quedado claros.
Ordene sus ideas
La mejor forma de asegurar que nuestros oyentes en la Célula o Grupo de Estudio Bíblico quedarán con un mensaje claro y bien definido en sus mentes para su posterior aplicación en la vida práctica, es que usted presente la enseñanza de una manera ordenada.
Una anarquía de ideas no traerá sino confusión. Esa es la razón por la que le invitamos a tomarse el trabajo de ordenar los principios que compartirá con la audiencia.
En lo posible, guíese por el texto. El propio pasaje le irá mostrando, versículo por versículo, qué enseña cada uno y cuál es el principio práctico que podemos compartir.
No pretenda ser un gran expositor de la Palabra porque ese afán no llevará más que a confundirle. Con que se proponga ser fiel al exponer la Biblia, basta. Porque compartirá enseñanzas prácticas.
En un papel, con letra clara y ojalá definiendo entre tres y cinco puntos, sintetice todo cuanto va a enseñar. De esa manera como un piloto operando una aeronave o como un marino conduciendo una embarcación, sabrá dónde comienza el mensaje y adónde llevará a la concurrencia hacia la finalización de la lección.
Determina un tiempo específico
Jamás olvide que una Célula o Grupo de Estudio Bíblico no son el templo sino el instrumento y puente para llevar a los nuevos creyentes hasta la congregación. De ahí que le sugiera que sus mensajes sean cortos.
Para tal fin es necesario que, al trazar el mensaje, tenga un tiempo determinado que puede oscilar entre treinta y cuarenta minutos.
Una enseñanza demasiado larga puede aburrir. Recuerde que usted y yo no estamos compitiendo con nuestra iglesia en la extensión de las predicaciones sino constituyéndonos en instrumentos útiles para la proclamación del evangelio transformador de Jesucristo. En esencia, los mensajes deben ser cortos.
Utilice ilustraciones
A través de lo que usted lee a diario o quizá ve en televisión, puede obtener muchas ilustraciones para acompañar las enseñanzas que comparte en la Célula o Grupo de Estudio Bíblico. Tales ilustraciones tornan amena la predicación y además, le permiten al oyente asimilar la enseñanza con la vida práctica.
Los ejemplos que utilice deben ser cortos pero específicos. Es probable que algunos sean el fruto de su imaginación. Pero en uno y otro caso, busque que sean creíbles. No invente historias como las de Julio Verne o propias de la inventiva y realismo mágico del Nóbel colombiano, Gabriel García Márquez.
Tampoco sobreabunde en ilustraciones. Tres o cinco en cada enseñanza estarían bien.¡
Cuestionario para Lección Siete
1.- Para elaborar una Lección para Célula o Grupo de Estudio Bíblico debemos tener en cuenta:
a.- Depender de Dios en oración, leer el material disponible y preparar sus propios asuntos y disciplina para la lectura sistemática de las Escrituras.
b.- Seleccionar un pasaje sobre el cual trabajar, ojalá que sea corto.
c.- Leer el pasaje cuantas veces sea necesario y buscar la aplicación práctica en la vida antes de predicarlo.
d.- Ordenar las ideas en un bosquejo.
e.- Todas las anteriores
f.- Sólo las respuestas a y b son correctas.
2.- ¿Por qué es importante la utilización de un tiempo específico?
a.- Porque de lo contrario la exposición se convierte en una charla monótona
b.- Porque Dios es un Dios de orden y no acoge los desórdenes
c.- Porque entre treinta y cuarenta y cinco minutos es un tiempo más que suficiente para compartir el mensaje de Dios.
d.- Porque sencillamente un mensaje largo puede aburrir y no volverán a la Célula o Grupo de Estudio Bíblico.
3.- ¿Para qué son útiles las ilustraciones en las enseñanzas que compartimos en las Células o Grupos de Estudio Bíblico?
a.- No sirven para nada porque la gente necesita es Palabra de Dios y no historietas
b.- Sirven para despertar alegría y hasta risa y no torna monótonas las reuniones
c.- Permiten que los concurrentes asimilen, retengan, recuerden e incluso sientan que es fácil aplicar la Palabra de Dios a la vida práctica.
d.- Las respuestas a y c son las correctas
4.- Las ilustraciones para acompañar las Lecciones para Células se pueden tomar de:
a.- Un libro de ilustraciones que los hay y muy buenos en el mercado
b.- De las noticias, las revistas que leemos e incluso, de las anécdotas que aprendemos cada día.
c.- Con las ilustraciones de la Biblia basta
d.- Ninguna de las anteriores
Publicado en: Escuela Bíblica Ministerial
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