¿Cuál es el mejor lugar para orar por la familia?
(Lección 2 – Nivel 6)
Una de las preguntas más frecuentes de quienes desean llegar a nuevos niveles en su vida devocional y de oración, gira alrededor de cuál es el mejor lugar para desarrollar intimidad con Dios y orar por nuestra familia.
El interrogante es válido, más en nuestro tiempo donde todo está rodeado de afán. Desayunar rápido, ir corriendo al trabajo, esforzarnos por hacer más cosas en menos tiempo, regresar a casa agotados, dormir y reiniciar — horas después — el mismo ciclo.
Lo imperativo es que diariamente debemos apartar un espacio para hablar con el Señor. En ese aspecto coincidimos con la autora cristiana, Quin Sherrer:"Nosotros también debemos sentarnos a solas en la Presencia del Padre antes de que se nos abran los canales de intercesión por nuestros hijos. La soledad y la quietud nos ayudan a orar con más eficacia.... Estoy más convencida que nunca de la necesidad de separar cada dçia un tiempo para estar con el Señor a solas.” (Quin Sherrer. “Como orar por los hijos”. Editorial Vida. 1996. Ee.UU. Pgs. 28, 29)¿Dónde podemos orar? En cualquier lugar donde nos encontremos. De camino a la oficina mientras conduce el auto, o quizá en el transporte masivo de su ciudad; antes de tomar los alimentos o en medio de sus quehaceres domésticos.
Un evangelista amigo, Percy Hurtado, compartió conmigo su secreto, cierta vez que hablamos en Lima (Perú): "Cuando estoy en la oficina y hay mucho atafago, sencillamente escribo las oraciones en el computador. Una vez concluyo un párrafo, lo leo despacio en diálogo con el Padre, luego lo borro y comienzo con otra oración."
La idea además de ingeniosa me pareció muy práctica, y puede ser utilizada en cualquier lugar de trabajo.
Orar mentalmente es otra alternativa. Nos permite intimar con el Padre celestial. Es una forma de estar conectados con Él en todo momento.
Entrando en el lugar secreto
Lo ideal, sin embargo, es que ese lugar secreto sea un punto de conexión con Dios, apartados de todo y sin distracciones.
Esa es en esencia la recomendación que nos hizo el Señor Jesús: "Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.” (Mateo 6:6. NTV)
En el lugar secreto hablamos con el Padre en voz alta o calladamente, sin ningún temor, tal como las palabras brotan desde lo más profundo de nuestro corazón.
Una idea oportuna es que antes de levantarse o, antes de ir a la cama, se encierre en su cuarto para pasar un tiempo con Dios. Puede que al comienzo sean sólo cinco minutos, pero pronto descubrirá que el espacio se irá ampliando y en la meta de orar por cada miembro de su familia, podrá pasar hasta una hora o más de rodillas ante el Creador del universo.
¿Con qué actitud orar por la familia?
Es cierto: queremos lo mejor para nuestra familia. Pese a ello, nuestra actitud delante del Señor en Su Presencia, es de entrega. Dispuestos a hablar pero también a escuchar.
Hay al menos dos fundamentos cuando esté orando por cada integrante de su hogar:
1.- Pídale a Dios que se haga Su voluntad para con su cónyuge e hijos. Así haremos práctica la enseñanza del apóstol Juan: "Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos.” (1 Juan 5:14, 15. NTV)
2.- Pida en el Nombre de Jesús y deje de lado toda sombra de duda. Tenga presente que Dios quiere lo mejor para nuestra familia, y lo que haga siempre será perfecto: “Ese día, no necesitarán pedirme nada. Les digo la verdad, le pedirán directamente al Padre, y él les concederá la petición, porque piden en mi nombre. No lo han hecho antes. Pidan en mi nombre y recibirán y tendrán alegría en abundancia.” (Juan 16:23 24. NTV)
Recuerde que por su obra preciosa en la cruz, Jesús nuestro Salvador trajo perdón a nuestros pecados, nos hizo justos delante del Padre y hoy, cuando le pedimos algo, Él nos lo concede. La razón es sencilla: ponemos por delante a su amado Hijo.
¿Y sólo pedimos por nuestro cónyuge e hijos? Por supuesto que no. Puede incluir a sus padres, hermanos, familiares cercanos o aquellas personas que usted sabe, necesitan intercesión para que el Señor se manifieste con poder en sus vidas.
¿Cómo hacer para no olvidar las peticiones?
Debido a que una de las inclinaciones recurrentes de las personas es olvidar lo que hemos pedido, lo más aconsejable es elaborar un listado de peticiones.
Puede ser en una libreta de anotaciones. Relacione allí el nombre de su cónyuge, de sus hijos o de sus familiares, e inmediatamente, la petición específica que tiene. Incluso, podría anotar la fecha.
Conforme va avanzando en el proceso de intimar con Dios, irá descubriendo nuevas dimensiones de Su amor y de su poder, como enseña el apóstol Pablo: ”... y le pido a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios.” (Efesios 1:17. NTV)
Adentrarnos en la vida de oración es un proceso en el que avanzamos paso a paso. No espere que de la noche a la mañana llegará a la cima de su vida devocional. Es algo progresivo, pero prendidos de la mano del Señor Jesús lo logramos.
Dios ha prometido en Su Palabra que atenderá nuestras oraciones, y en esa dirección debemos encaminarnos: "Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.” (Isaías 55:11. NTV)
Dios es un cumplir de promesas. Simplemente debemos creerle y dar nuevos pasos. Y en la oración por nuestra familia, comprobamos esa realidad espiritual que aplica para nosotros, nuestro cónyuge, los hijos y la descendencia que seguirá nuestro caminar.
Ore en ese espacio secreto que escogió para desarrollar intimidad con Dios no solo por el presente sino por el futuro de su familia. Nuestro amado Padre celestial no olvida jamás ninguna de nuestras peticiones.
Y por último, la recomendación en que insistimos siempre: Ore a Dios con sus propias palabras. Dígale todo como lo siente. No se rebusque términos, simplemente hable con Él. Y tenga la certeza de que el Señor responderá con poder...
Cuestionario para la profundización de la Lección 2:
Por favor, lea detenidamente los textos y postulados de cada pregunta, y teniendo a mano su libreta de apuntes, anote las respuestas:
a.- ¿Se ha preguntado cuál es el mejor lugar para orar?
b.- ¿Tiene usted un “lugar secreto” en el cual desarrollar intimidad con Dios?
c.- ¿Recuerda cuál fue la recomendación del Señor Jesús en Mateo 6:6?
d.- ¿Ha elaborado un listado de oración en el que relaciona las peticiones que tiene para cada miembro de su familia?
e.- ¿Qué certeza podemos tener de que Dios escucha nuestras oraciones (1 Juan 5:14, 15.)?
f.- ¿Por qué razón debemos pedir en el Nombre del Señor Jesús (Juan 16:23 24)?
g.- ¿De qué manera avanzamos a nuevos niveles espirituales conforme desarrollamos intimidad con Dios (Efesios 1:17)?
h.- ¿Qué podemos aprender de Dios en cuanto a sus promesas para nosotros (Isaías 55:11. NTV)?
i.- ¿Ha pensado por cuáles de sus familiares estará orando en el curso de esta semana?
Publicado en: Escuela de Oración
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