¿Cuál es el modelo de su hogar?

1.- Lectura Bíblica : Marcos 10:8, 9

2.- Meditación familiar :

En apariencia se trata de una casa normal. Grande, de tres plantas, construida con madera. “Hermosa y funcional”, comentaría usted si estuviera frente a esta edificación en Seúl, Korea. Fue diseñada para resolver un problema: La separación de los cónyuges. Su diseñador, Jinhee Park, arquitecto principal de la empresa de diseño Single Speed Design, asegura que lo inspiró el alto costo de la finca raíz en Asia.

La estructura se adapta como si se tratara de un cubo armable. Los residentes pueden recombinar los bloques para crear configuraciones más grandes con el propósito de que se adapten a las parejas, familias o grupos de amigos.

Uno de los promotores señala que, si la pareja se divorcia, simplemente dividen las estructuras y no será necesario que cada uno ande buscando a dónde mudarse. “Se adapta a la situación”, explicó un experto a CNN al tiempo que indicó, muchos matrimonios jóvenes han manifestado interés en adquirir una estructura así.

¿Le parece curioso? Por supuesto que sí. Es una de las noticias que más se compartió en las redes sociales cuando recién se publicó. “Es lo ideal para los matrimonios de hoy que duran muy poco antes de decidir el rompimiento”, dijo una joven universitaria bajo un post.

Esas pocas líneas parecen interpretar el pensamiento de millares de personas que se unen como pareja para “experimentar” y en caso de que las cosas salgan mal, deciden irse cada uno por su camino. Además de alimentar sentimientos de rabia hacia quien fuera su cónyuge, se enfrascan en enconadas batallas judiciales para la partición de bienes.

¿Ese fue el propósito original de Dios? Por supuesto que no. El Señor concibió el hogar para que reinara la unidad y el matrimonio como un lazo indisoluble.

Dios como arquitecto del universo, creó la familia para que permaneciera en unión. Sentó las bases para que los componentes de la pareja estuvieran ligados, como enseñó el Señor Jesús: “Y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.” (Marcos 10:8, 9. LBA)

Bajo ninguna circunstancia podemos permitir que las dificultades nos roben la unidad como familia y menos, como pareja. “Mi esposa no me comprende”, comentaba una atribulada mujer, pero su esposo coincidía con ella desde otro punto de vista: “Mi esposa es conflictiva.” Habían pensado incluso separarse. Tras un diálogo encontraron la solución: Deponer el orgullo y dialogar.

Es tiempo de revisar cómo anda nuestra relación conyugal y familiar. En caso de encontrar fallas, es necesario ir a Dios en oración para pedir que nos permita encontrar soluciones al laberinto. Él lo hará. Y a propósito del Señor, ¿ya recibió a Jesucristo como su Salvador personal? Es el tiempo de que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá. Decídase hoy por Jesucristo.

3.- Oración familiar:

“Amado Señor Jesucristo, hijo del Dios Altísimo, gracias por estar con nosotros en todo momento. Reconocemos que es gracias a ti que hallamos soluciones para los problemas. Oriéntanos como familia cuando surjan dificultades y danos la sabiduría necesaria para renunciar al orgullo. En tus manos quedamos. Amén”

4.- Una Meta familiar para hoy:

Pediré a Dios que oriente mi vida para ser mejor cónyuge y padre de familia cada nuevo día.