Decídase hoy recuperar su relación de pareja
1. Lectura Bíblica: Mateo 19:6
2. Meditación familiar:
De pronto un domingo al despertar mientras que una suave brisa bañaba la ciudad, descubrió que las flores que adornaban su cuarto habían perdido el encanto de otros tiempos, y que su esposo antes que sorprenderla con un desayuno, lo que más anhelaba era dormir hasta tarde, comer algo al medio día y sumergirse — al caer la tarde — en los partidos de fútbol.
Los recuerdos del noviazgo, el pronto casamiento y el regreso a casa para emprender un mundo de sueños, se estaban quedando sin color y desdibujados por el paso de los años como las fotografías de un viejo álbum.
La mujer luchaba con su realidad: El matrimonio se estaba desmoronando y en medio de la tormenta que azotaba la relación, ninguno de los dos parecía querer hacer algo para mejorar el clima tenso que reinaba siempre.
Toda relación de noviazgo en la cual sus dos componentes piensan en algo serio, comienza con una ilusión: Pasar el resto de sus vidas juntos. No hay mayor excepción en cuanto a este proceso— que puede ser corto o prolongado— y que se llama enamoramiento, hasta el momento en el que deciden unir sus vidas.
El sicólogo colombiano, Ramón Torres, explica que:“Cuando estamos enamorados, nos creemos capaces de todo y pensamos que nada es tan complicado como para no salir adelante. Los enamorados viven el simple deseo de entregarse mutuamente, protegerse, cuidarse y estar juntos por siempre. El “enamoramiento” es un proceso químico que se produce a nivel cerebral, muy distinto del amor –que dura en promedio tres años o a veces más o, probablemente, menos —. Durante ese tiempo es increíble lo que se puede hacer en nombre del amor porque la lluvia química es sorprendente como un huracán que arrasa con todo, y nos empuja a estar pendientes el uno del otro, a las expresiones de ternura, de cariño, pasión y deseo de estar juntos.” (Ramón Torres. Artículo: “La anatomía del flechazo que termina en amor”. Diario El Nuevo Siglo. Colombia. Feb. 13/2014. Pg. 7 C).No obstante y para nuestra desilusión, lo que podría permanecer en el tiempo, por diversos factores, termina desdibujándose en el tiempo. Conforme los componentes de la pareja se van conociendo, surgen dificultades— el choque de dos mundos distintos— y aquellos pequeños detalles del comportamiento del otro— que quizá se ignoraron durante el noviazgo— terminan por dimensionarse.
Podemos concluir, por experiencia, que todos de una u otra manera hemos comprobado que llevar a cabo el sueño de un matrimonio ideal se torna cada vez más difícil por el paso del tiempo.
Si tenemos claro que el matrimonio no es un lecho de rosas, convendría recordar lo que nos enseñó el Señor Jesús: "Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios junte, no lo separe el hombre”. (Mateo 19:6)
El pasaje es sencillo pero encierra una profunda enseñanza y muestra, sin mayores rodeos, que el plan de Dios no es la separación de la pareja ni el desvertebramiento de la relación. Pese a ello, no podemos ignorar que, por lo general, toda relación incluye altibajos.
Es tiempo de detenernos como pareja, por un instante y reflexionar en una enseñanza del experto en temas matrimoniales, Gary Rosberg:"Quizá has mirado a los ojos de tu cónyuge o de tus hijos y has descubierto que no están conectados. Es probable que te dieras cuenta de tu fracaso al tratar de conectarte de corazón a corazón, y que esa dificultad es en gran medida por tu culpa.” (Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonios a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. EE.Uu. 2004. Pg. 19)Nunca es tarde para reintentar construir la relación. Si Dios está en medio, y Él guía nuestro camino, sin duda podremos emprender el camino. Quizá al comienzo nada sea fácil, pero con ayuda del Señor, las heridas pueden sanar, en usted o en su pareja. ¡No se desanime! Hoy es el día para tomar la decisión de recuperar su relación de pareja…
Y hablando de Dios, ¿ya le recibió en tu corazón como Señor y Salvador? Hoy es el día para que tome esa decisión y le abra las puertas de su vida. No se arrepentirá y, por el contrario, emprenderá el maravilloso camino de crecimiento personal y espiritual que tanto ha anhelado.
3. Oración familiar:
“Amado Dios, gracias por permitirme comprender este día que muchos de los conflictos que vivo en pareja, puede que no sean culpa de mi cónyuge sino de la actitud equivocada que he asumido. Hoy rindo delante de ti mi orgullo y te pido que me ayudes en el proceso de cambiar. Con tu ayuda podré lograrlo. Gracias por acompañarme en la tarea de recobrar mi matrimonio. Amén”
4. Una Meta familiar para hoy:
Voy a recuperar mi familia con ayuda de Dios, y me esforzaré porque no estoy solo en esta tarea
Publicado en: Altar Familiar
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