Dejar de lado la soledad
“Por mucho tiempo he estado soltera. Tengo ya 36 años y aunque soy profesional, temo quedarme así y como dicen en Latinoamérica para “vestir santos”. Hay quienes me han recomendado esperar, pero a veces pienso que Dios no escucha mis oraciones para encontrar un esposo serio, responsable y de fe. ¿Qué hacer? Realmente me encuentro como en un laberinto.”
K.L.B., desde Montevideo, Uruguay.
Respuesta:
Si hay un error que cometemos los seres humanos, es acelerarnos. Y más cuando se trata de escoger pareja. En todos los casos lo aconsejable es que Dios mismo sea quien nos ayude, de ahí que debemos buscar su guía. Él es también nuestro Dios en asuntos sentimentales.
Su carta me lleva a recordar un incidente que difundió la prensa internacional. Se refería a Grace Gelder, una joven mujer de Londres quien después de seis años de anhelar casarse, decidió contraer matrimonio con ella misma. Sí, aunque parezca insólito. La nota la difundió el diario británico The Mirror, incluso la destacó en primera plana.
La historia me llamó poderosamente la atención como sin duda le ocurrirá a muchas personas. No deja de sorprender que alguien haga algo semejante para enfrentar la soledad y el deseo de tener un cónyuge con quien compartir. Pero la soledad, la falta de una compañía en nuestra vida, lleva a los seres humanos a obrar así o quizá de otra manera mucho más sorprendente.
La decisión de contraer matrimonio
¿Por qué decimos contraer matrimonio? Porque deseamos superar la soledad y encontrar una persona con quien compartir sueños, anhelos, propuestas y un futuro. Luego vienen los hijos y la historia termina ampliándose. No somos uno ni dos— con nuestro cónyuge— sino el inicio de una familia que puede extenderse por generaciones.
En todo momento el mejor paso es que busquemos a Dios procurando que nos oriente sobre la pareja que nos conviene. Él sabe cómo hacerlo, y nos guía en la dirección apropiada. Él sabe cómo hacerlo.
¿Y qué hacer con un matrimonio en crisis?
Ahora, ¿qué ocurre si nuestra relación de pareja está en crisis? Buscar a Dios. Él nos ayuda cuando clamamos por nuestro hogar. Las Escrituras nos comparten un mensaje esperanzador. El profeta Isaías escribe: “No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado. He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.” (Isaías 43:18, 19. La Biblia de Las Américas)
Bajo ninguna circunstancia podemos permitir que la relación familiar entre en crisis sin hacer lo más mínimo para impedirlo. Es necesario actuar, dar pasos concretos, y uno de ellos es orar a Dios en busca de soluciones para los problemas y esperar el momento oportuno para dialogar, procurar el diálogo y la reconciliación y comprometer nuestros esfuerzos para sanar las heridas abiertas en nuestro hogar.
La decisión debe tomarla hoy, ahora mismo. No está solo. Jesucristo le ayuda a lograrlo. Si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá.
Publicado en: Consejería Familiar
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