Descubra los pensamientos que llevan a la victoria o al fracaso
(Parte 2)
Cuando decidimos avanzar hacia la victoria, en dirección a ese territorio de victoria que Dios tiene para nosotros, es necesario revisar cuáles son nuestros pensamientos que se reflejan en acciones.
Recuerde que es necesario renunciar a la mentalidad derrotista que nos ha vendido la sociedad, y que gira alrededor de planteamientos equivocados como “No podré lograrlo”, “No merezco lo mejor de lo mejor”, “El reto es muy grande para lograrlo”, “No tengo la capacidad para hacer grandes cosas” y también: “El reto es más grande que mis fuerzas”.
Esas son mentiras del diablo que no podemos seguir creyendo. Sobre esa base y a partir del texto de Números 13 que relata la conquista de la tierra prometida, le invito a considerar pensamientos que llevan a la victoria…
Los 5 pensamientos de un triunfador
Recuerde, si deseamos avanzar hacia el cumplimiento del propósito eterno de Dios para nuestras vidas, es esencial que cambiemos nuestra forma de pensar.
Si transformamos los pensamientos a partir de la fe y la plena confianza en Dios, cambiarán nuestras actitudes. Y allí, uniendo pensamientos renovados y actitudes de victoria, encontraremos el punto de partida para llegar a grandes metas.
Revise si sus pensamientos están orientados al triunfo, hacia el logro de la misión que el Señor nos ha trazado desde la eternidad.
Prosigamos con el relato del informe de los espías al pueblo de Israel en el desierto. Encontraremos los 5 pensamientos de un triunfador.
1.- “El Dios que tengo es más poderoso que los obstáculos”
Usted y yo hemos creído en un Dios grande. No hay problema que esté por encima de Su poder ilimitado.
Cuando tenemos ese fundamento en la mente, nuestros pensamientos podrán ser modificados. La fe acompañará nuestros sueños y entenderemos que no hay límite para alcanzar las metas, sueños y proyectos que Él ha puesto en el corazón y que están en consonancia con su misión para nosotros.
2.- “No me dejaré guiar por pensamientos de derrota”
Siempre encontraremos alrededor personas marcadas por la derrota. Los fracasos del pasado los acompañan y no pueden concebir que haya algo bueno para ellas.
Esas ideas de fracaso que gobernaban a algunos de los espías enviados a la tierra prometida, fueron las que desecharon de antemano dos de los héroes de la fe en el desierto: Josué y Caleb:
“ Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. — ¡Vamos enseguida a tomar la tierra! — dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!” (Números 13. 30. NTV)
Quienes nos rodean pueden pensar como quieran. Pese a ello, si usted y yo profesamos fe en Dios y somos conscientes de que, como hijos de Dios por la obra redentora de Jesús en la cruz, Él quiere darnos lo mejor de la vida, debemos desechar lo que diga los demás. Nosotros sólo creemos y punto.
3.- “Dios me dio la capacidad de lograr grandes metas”
Si Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, y si esa misión contribuye al pleno cumplimiento de Su voluntad en nuestro tránsito terrenal, es evidente que podremos alcanzar grandes metas.
No libramos las batallas en nuestras fuerzas sino en el poder que viene de Él. Y si nos movemos en Su poder, no hay obstáculo que pueda detenernos.
4.- “Encuentro oportunidades donde los demás piensan que hay gigantes”
La lectura del momento histórico que estaban viviendo algunos de los israelitas, es que la tierra prometida era buena pero había muchos gigantes:
“ Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo:— ¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!” (Números 13. NTV)
La decisión es nuestra y nada más que nuestra: Dimensionaremos los gigantes o, por el contrario, confiaremos en el poder de Dios que derriba todos los obstáculos que salgan a nuestro paso. Es una decisión que tomamos en camino hacia la tierra de bendiciones, hacia la vida en la que Dios desea darnos a cada uno de nosotros, lo mejor de lo mejor.
Nadie podrá impedir que lleguemos a nuevos niveles. Lo único que puede detenernos es una mentalidad de fracaso; si renunciamos a ella, la victoria será nuestro destino final, tomados de la mano del Señor.
5.- “Si Dios está de mi parte, tengo la victoria asegurada”
En nuestro camino hacia la conquista de la tierra prometida, nos debe asistir el convencimiento de que si Dios está con nosotros, tenemos asegurada la victoria. Recuerde que la fidelidad y la confianza en Él juegan un papel fundamental en ese proceso.
Contrario al pensamiento de Caleb y de Josué, los derrotistas que había en medio de Israel, siguieron avivando pensamientos para el fracaso:
“Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: «La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes! Hasta había gigantes, los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!».” (Números 13.32, 33. NTV)
Decídase a avanzar hacia las bendiciones sin prestar atención a los pensamientos de fracaso. De pasos sólidos hacia lo mejor de lo mejor que tiene el Señor para usted y para mí. No se detenga. Los que le rodean querrán detenerlo, pero no lo permita.
Tenga presente que si Dios está con nosotros (Cf. Romanos 8:31), nada podrá impedirnos que lleguemos al destino de victoria que tiene asegurado para quienes tenemos fe.
Si aún no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, hoy es el día para que tome esa decisión. Prendidos de Su mano poderosa alcanzamos el nivel de cambio y transformación en nuestra vida personal, espiritual y familiar, como siempre lo hemos anhelado. Ábrale hoy el corazón a Jesucristo; es la mejor decisión que podrá tomar…
Publicado en: Estudios Bíblicos
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