Dios desea salvar su matrimonio

1.- Lectura Bíblica: Salmos 84:5-7.

2.- Meditación familiar:

La mujer cerró los ojos con desesperación. El rostro surcado por las lágrimas, revelaba desesperanza. Un nuevo intento de diálogo con su esposo había terminado en una acalorada discusión.

Llevaban veinte años de matrimonio, pero los últimos tres se habían convertido en un infierno.

Todavía recordaba la ceremonia y la fiesta de casamiento. Parecía un cuento de hadas. Lo único que faltaron fueron los carruajes con caballos alados y palomas revoloteando alrededor.

Sin embargo, con el paso de los días, fue conociendo la otra cara del joven del que se había enamorado perdidamente.

Era irascible, mezquino, agresivo, desconsiderado y, además, le daba malos tratos.

“Siento que no puedo más”, murmuró en un diálogo con Dios que ella misma, en medio de su desesperación, no sabía si funcionaría.

Cuando estaba por aceptar los requerimientos de su marido para adelantar el divorcio, decidió orar. Clamaba día y noche con perseverancia. Lo hacía sin desfallecer en medio del cansancio, el desespero y la desilusión que la embargaba.

Dios comenzó a obrar un milagro en la relación conyugal. Los enfrentamientos disminuyeron. La intolerancia cedió terreno progresivamente.

Algo más, dejó de sentir rabia y resentimiento hacia su esposo. El Señor Jesucristo tocó sus corazones. ¡Puedo comprobar que el Dios de poder y de gloria salvó su matrimonio!

Desconozco cuál sea la situación que enfrenta en su familia. Lo que sí sé es que la mano de Jehová no se ha acortado, como dicen las Escrituras (Isaías 59: 1). Él puede obrar un milagro en la relación con su cónyuge y con los hijos.

La Biblia nos enseña que el Señor puede transformar las circunstancias. En el libro de los Salmos leemos:

“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion.” (Salmos 84:5-7| RV 60)

Cuando nos sentimos desalentados en la relación familiar, Dios es quien nos fortalece y cambia el curso de la historia.

La posibilidad de un divorcio, se convierte en la certeza de un matrimonio sólido. Una enfermedad grave, se transforma en una sanidad duradera. Y la desesperanza y el desasosiego dan paso a una paz indescriptible en nuestro mundo interior.

Permita que Jesucristo gobierne su vida y a su familia. Él cambia las circunstancias, jamás lo olvide. ¡El tiempo de los milagros no ha terminado!

Si aún no ha recibido a Jesucristo, hoy es el día para que lo haga. Emprenda de Su mano poderosa ese maravilloso viaje hacia el cambio y crecimiento en todas las áreas de su existencia.

3.- Oración familiar:

"Dios eterno y Salvador Jesucristo, gracias porque a través de la Palabra entiendo que los problemas familiares que enfrento hoy, tienen una solución. Reconozco que he procurado resolver los conflictos a mi manera. Pido perdón por mi necedad. Clamo en Tu presencia que desde hoy tomes el control en mi relación conyugal y con mis hijos. Gracias Padre por ministrar en mi hogar. Amén"

4.- Una meta familiar para hoy:

Reconoceré si mi vida familiar está atravesando un momento de crisis y, antes que luchar en mis fuerzas, pediré la ayuda de Dios.