Dios está en control de las tormentas que surgen a cada paso

1.- Lectura Bíblica: Salmos 52:22

2.- Versículo para memorizar:

“Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitirá que resbale el justo.” (Salmos 52:22)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

Una vez más estoy solo en el apartamento, mirando caer la tarde y el sol que se pierde perezoso tras las montañas en el occidente de Cali. Libros sobre la mesita de noche, una libreta de anotaciones que estoy a punto de llenar, y la extraña sensación de que mientras disfruto ver morir el día a través de la ventana, quizá en otro lugar de la ciudad hay quien sufre, o tal vez quien se encuentra en un laberinto sin salida o alguien que está viendo con desesperanza de qué manera su matrimonio se desmorona.

Diversas situaciones. Cada vida encierra su drama particular. Unos pensando que llegaron al final de un callejón sin salida, otros que no vale la pena vivir y— quizá muy pocos— convencidos que no importa la encrucijada en la que nos encontremos, en Dios siempre hallaremos esperanza.

Desconozco cuál sea su situación al leer estas líneas, pero viene a mi mente un pasaje poderoso de la Biblia: “Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitirá que resbale el justo.” (Salmos 52:22)

No podemos evitar que situaciones difíciles toquen a nuestra puerta. Es imposible asegurar que cada día será de victoria. Nadie puede quitarnos la certeza de que nuestra existencia puede cambiar su curso en un abrir y cerrar de ojos, pero aún en medio de las tormentas más aciagas, Dios está a nuestro lado.

Hace pocos días regresaba a Cali, la misma ciudad sobre la que cae un anochecer melancólico. El avión se movió más de lo acostumbrado, por una turbulencia. Venía leyendo un libro y aun cuando no puedo ocultar que me inquieté un poco, traté de mantener la calma. El aparato vibraba como si se fuera a desprender por partes, como un rompecabezas cuando cae.

El pasajero que venía a mi lado me hizo una pregunta que aún me ronda la cabeza:

— ¿No le teme a las turbulencias? —. Lo dijo con preocupación en sus ojos y en la fuerza de sus palabras.

— Por supuesto que le temó a estos períodos de turbulencia— le dije — ; sin embargo tengo la firme convicción de que Dios está en control de todo —.

No hay ninguna situación que escape al dominio de nuestro amado Padre celestial. ¿Por qué inquietarse si Él está a nuestro lado y nos inspira confianza?

Insisto: No sé qué situación esté atravesando ahora. Quizá siente que el mundo se desmorona a su lado. Lo único que puedo decirle es que, si confía en el Señor, si deja todo en Sus divinas manos, Él sabrá guiarlo hacia el final del laberinto.

Ya dejé de inquietarme si un avión en el que viajo vibra incontenible a muchos pies de altura; si las dificultades emergen cuando menos las espero; si quienes están a mi alrededor me aceptan o me rechazan; si hablan bien o mal de mí; si hay quien se levanta para hacerme la guerra. Lo único que sé a ciencia cierta es que Dios está conmigo, y si Él pelea de mi parte, tengo asegurada la victoria.

Cae el atardecer sobre Cali. Y no me resta más que terminar la jornada con un pensamiento: Dios está a mi lado— y también al lado suyo — , y no hay ningún problema que sea más grande que el Señor. Él sabrá cómo sacarnos del desierto, si tan solo confiamos en Él….

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Cuál es su reacción cuando enfrenta dificultades?

b.- ¿Deposita su confianza en el Señor en medio de las crisis?

c.- ¿Procura resolver los problemas en sus propias fuerzas?

d.- ¿Qué enseña a su vida el pasaje de Salmos 52:22?

e.- ¿Qué cambios aplicará en su vida cuando se encuentre en medio de tormentas?