Dispóngase a pagar el precio de seguir a Jesús

1.- Lectura Bíblica: Lucas 9:57-60

2.- Versículos para memorizar:

“Dijo a otro: — Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: — Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo: — ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos!*  Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios." (Lucas 9:59,60. NTV)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

Su hogar estaba en crisis. De hecho su esposa le dijo que se iba. No soportaba la vida junto a él, en la que lo único que recibía era sufrimiento. Y en medio de la desesperación pidió a Jesús que restaurara el hogar. El Maestro lo hizo. Una vez ocurrió el milagro, José Mario se preguntaba: ¿Debería recibir a Jesús en mi vida? No había alcanzado a dimensionar el obra del Señor en su vida ni la grandeza del restablecimiento de su familia…

Los seres humanos valoramos aquello que nos cuesta, no lo que resulta gratuito porque no alcanzamos a dimensionar cuánto debió invertir aquél que nos regala algo. ¿Aplica a la vida cristiana? Por supuesto. Caminar de la mano de Jesús demanda que dejemos de lado nuestro orgullo y autosuficiencia y comencemos a depender de Él. Dependencia, esa es la clave.

El evangelista Lucas relata que: "Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús: — Te seguiré a cualquier lugar que vayas. Jesús le respondió: — Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza. Dijo a otro: — Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: — Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo: — ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos!*  Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios." (Lucas 9:57-60. NTV)

Por favor lea con detenimiento el pasaje Escritural. Nuestro amado Maestro no les prometió un “jardín de rosas”. Por el contrario, de la mano de la dependencia que debían desarrollar, es evidente que debían pagar un precio: Entrega total.

Jesús no obliga, Él simplemente llama y espera que seamos fieles, que caminemos tomados de Su mano poderosa y que perseveremos en ese camino.

No es una decisión por un día o una semana, sino por toda la vida. Cada mañana renovamos ese compromiso con Él y marchamos tomados de su mano si es que anhelamos la victoria. Es una decisión que está en sus manos, y puede tener la certeza de que dará pasos sólidos porque avanza no en sus fuerzas sino dependiendo de Cristo en todo momento.

Recuerde: Su decisión de seguir a Cristo impactará a su familia. No solo traerá transformación a su dimensión personal sino también en la esfera en la que se desenvuelve. ¡Eso es lo que hace Dios!

Si no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Es la mejor decisión que podamos tomar, de la que nunca nos arrepentiremos porque nuestra vida experimentará crecimiento personal, espiritual y familiar.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Mora Cristo en su corazón?

b.- ¿Ha reflexionar en el hecho de que su vida necesita transformación, por el poder de Jesús?

c.- ¿Qué le impide vivir comprometido con el Señor Jesús?

d.- ¿Es consciente que la victoria en la vida de fe se obtiene orando y siendo fieles al Señor Jesús?

En adelante caminaré tomado de la mano del Señor Jesús, en todo momento y bajo toda circunstancia.