Dispuestos a alcanzar grandes metas espirituales

1.- Lectura Bíblica: Lucas 18:1

2.- Versículo para memorizar:

“Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos.” (Lucas 18:1. Nueva Traducción Viviente)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

¿Quiénes llegan a la meta? Lo logran quienes perseveran y más cuando nos movemos en la dimensión espiritual, como enseñó el Señor Jesús: “ Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos.” (Lucas 18:1. Nueva Traducción Viviente)

Puedo asegurarle que, si dispone su corazón para persistir sobre aquello que ha pedido a Dios en oración, verá los resultados. ¡Hoy es el día para remprender el clamor hasta que el milagro ocurra!

La perseverancia es la impronta de quienes logran grandes propósitos… ¿Y en el ámbito espiritual?

La perseverancia es la marca indeleble de los hombres y mujeres que persisten hasta que lo imposible se hace posible. Por eso insisto: la oración no es asunto de cobardes sino de valientes, de los que siguen adelante hasta que el entorno a su alrededor se transforma y los milagros ocurren…

Ante varios de sus discípulos, y sin duda decenas de personas que no perdían detalle a sus palabras, el Señor Jesús resaltó la especial significación que tiene la perseverancia si deseamos movernos en la dimensión sobrenatural de Dios: “Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá.” (Lucas 11:9. Nueva Traducción Viviente)

Seguir pidiendo es eso: no dar vuelta atrás, avanzar, persistir, llegar al final. Como el competidor que, a pesar de sus limitaciones físicas y lo adverso de las circunstancias, se decidió llegar a la cima. Disposición, fe, perseverancia. No hay otra opción.

Dios responde con poder a nuestras oraciones pero, sin duda, espera que seamos perseverantes.

Nuestra recomendación es que si avanzó un poco más en su proceso de formación como líder cristiano, emprenda desde hoy el compromiso no solo de orar sino de perseverar en la oración. Jamás olvide que es un distintivo de un auténtico servidor de Jesucristo. ¡Le aseguro que no se arrepentirá!

Si no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga e inicie el maravilloso proceso de crecimiento y transformación que siempre anheló.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Está acostumbrado a llegar a la meta o a darse fácilmente por vencido?

b.- ¿Qué le impide llegar a sus metas en la vida?

c.- ¿Considera que su vida es la de un derrotado o de un vencedor?

e.- ¿Desea que ocurran los milagros? ¿Anhela que cambien las circunstancias que enfrenta hoy?

f.- ¿Qué enseña el Señor Jesús a nuestra vida en el pasaje que registra Lucas 18:1-6?

g.- ¿Qué meta se fija usted a partir de hoy en cuanto a la oración?