El cambio y crecimiento cristiano comienzan en el hogar
1.- Lectura Bíblica: Mateo 13:23
2.- Meditación familiar:
Mario asiste a la iglesia. Tiene 32 años. Está casado y es padre de dos hijos. Su mayor preocupación es cómo vivir como cristiano. En la Iglesia no hay problema. Todos comparten su fe. La mayor dificultad comienza al salir del templo.
Conducir de vuelta a casa, con tanto demente al volante de un auto, y al día siguiente, ir a la oficina. ¡Tantas enemistades que se fraguan en un espacio como aquél en el que se desenvuelve! Es difícil, en criterio de Mario, escapar al chisme, a las enemistades, a los ataques de uno a otro.
— Realmente, el mundo es el que me condiciona y por eso no rindo en mi vida de fe — señala.
— Le he dicho a Mario que se enfoque en Cristo, pero él fácilmente se da por vencido — , explica su esposa.
— No es fácil ser cristiano — , se defiende el marido.
Hay dos formas de vivir a Cristo. A nuestra manera, dejándonos arrastrar por las presiones del mundo y de quienes nos rodean, o poniendo nuestra mirada en Jesucristo y pidiéndole la sabiduría necesaria para vencer, para no dejarnos arrastrar por la mundanalidad.
El Señor Jesús hablando de la semilla que crece y fructifica y al mismo tiempo aplicando la enseñanza a la vida del creyente, dijo: "Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!” (Mateo 13:23. NTV)
La decisión no es fácil y puedo asegurarle que — como usted — hay infinidad de hombres y mujeres en todo el mundo pensando qué hacer y cómo vencer. El afamado autor cristiano A. W. Tozer, escribió:"Muchos de nosotros estamos satisfechos como cristianos de 30 por uno, es decir, con el tercio del rendimiento que podríamos dar. Pero el deseo de nuestro Señor Jesús es que continuemos hasta llegar a ser cristianos de ciento por uno, es decir, rendir al máximo. La pregunta, entonces, es cómo debemos hacer para llegar a ese nivel. La senda que nos lleva a esto es vivir una “vida crucificada”. ¿Y qué es? Es una vida entregada al Señor en humildad absoluta y obediencia...” (A. W. Tozer. “Intenso”. Editorial Peniel. 2014. EE.UU.)Si dependemos de nuestras fuerzas, sin duda fracasaremos. Si, por el contrario, avanzamos un paso a la vez tomados de la mano del Señor Jesús, sin duda lo lograremos.
En primer lugar donde es necesario testimoniar de Cristo es en el hogar, allí junto con nuestro cónyuge y con los hijos. Son la primera tierra en la que sembramos semillas de fe, de cambio y de crecimiento.
¿Qué tal un esfuerzo extra hoy para ser amable, amoroso, comprensivo y tolerante con aquellos a quienes amas en casa? No lo mires como un compromiso que raya en la obligación, sino como una inversión para el hogar.
Pronto verás la cosecha representada en buenas relaciones interpersonales. ¡Inténtalo! Hoy es el día para vivir a Cristo plenamente, comenzando por casa. no te arrepentirás.
Y si aún no has recibido a Jesús como Señor y Salvador en tu corazón, te invito para que lo hagas. Es la mejor decisión que jamás una persona pueda tomar. Nos lleva al cambio y crecimiento personal, espiritual y familiar.
3.- Oración familiar:
"Amado Dios, hoy con la Palabra entiendo que tú deseas que llevemos frutos. Reconozco que quizá un espacio en el que no he dado mayores frutos es en casa. Con tu ayuda me comprometo a cambiar, a mejorar y a crecer. Se que esas semillas de transformación traerán impacto en la relación con mi cónyuge y mis hijos. Ayúdame por favor en esta tarea. Dame la fortaleza y la sabiduría necesarias. Amén"
4.- Una Meta familiar para hoy:
Con ayuda de Dios daré pasos orientados a cambiar y crecer en mi vida de fe, comenzando con mi propia familia.
Publicado en: Altar Familiar
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