Elaboración del cuadro de interrogantes
(Conclusión)
Cuando iniciamos un estudio detallado de algún pasaje, es de suma utilidad la elaboración de un recurso que denominaremos cuadro de interrogantes. En él se busca auscultar al máximo la información que nos pueda suministrar el escritor sagrado.
En este cuadro, que le invitamos para que dibuje en una hoja de papel una vez reciba las instrucciones, usted de manera horizontal trazará cuatro casillas y dos casillas de forma vertical.
En las casillas de forma horizontal usted responderá a cuatro interrogantes elementales que son:
¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?
A continuación vamos a describir cada uno de ellos. Para ilustrarlo, imagine que el texto que está leyendo, es como si estuviera viendo una muy buena película. Y usted, como buen televidente o cineasta, no quiere perderse los detalles. Quiere saber hasta lo más mínimo que ocurre en la trama y desenlace del film.
Primer interrogante: ¿Qué?
Si hemos tomado como base el ejemplo de una película, la idea es que usted responda a esta pregunta relatando, de manera resumida, qué es lo que ocurre. La idea es que, con sus propias palabras, pueda describir cuál es el argumento central de la presentación. Esto nos ofrece una idea aterrizada sobre los elementos que está tocando el autor del texto bíblico.
Es tratar de meternos en todo el transcurso de lo que ocurre en el pasaje, ponernos los zapatos del autor y determinar qué fue lo que quiso transmitirnos, decenas o centenares de años más tarde.
Este ejercicio es de suma importancia porque nos ofrece conceptos claros que nos ayudarán en la posterior elaboración de sermones. No olvide poner especial atención a todos los detalles, en el momento en que vaya a despejar este interrogante.
Segundo interrogante: ¿Quién?
Seguimos con la ilustración de la película. En todo buen film por supuesto intervienen los buenos, los malos y aquellos personajes que simplemente son importantes para que el argumento tenga peso.
Pues bien, en su cuadro es fundamental que usted anote qué personajes intervienen, definiendo con base en el texto leído, el cargo que ocupan, en lo posible si son o no individuos con actitudes buenas o malas y todo aquello que nos pueda ofrecer un panorama de cuál es su aporte o de qué manera toman parte en el texto bíblico: ¿Qué hacen? ¿Por qué son importantes? ¿Cuál era su relación con Dios? etc.
Tercer interrogante: ¿Cuándo?
Entramos aquí a un punto que jamás debemos olvidar. De un lado nos enriquece el panorama del texto que leemos, y de otro, nos ubica en el tiempo. Me refiero al interrogante “¿Cuándo?”. La idea es que, si el pasaje que leemos nos lo permite, podamos determinar en qué momento, cuándo, en qué año y bajo qué gobiernos o períodos específicos –religiosos o administrativos— ocurrieron los hechos descritos en el texto.
La datación, es decir, determinar el tiempo en el que ocurrieron los hechos, es necesario para el estudiante bíblico. Ahora, supongamos que en el pasaje no encontramos mayores referencias en cuanto al año en que ocurren los acontecimientos, pues entonces y para despejar cualquier duda, es aconsejable que usted acuda al diccionario bíblico.
Cuarto interrogante: ¿Dónde?
Despejar este interrogante nos ayuda a determinar el lugar en el cual acontecieron los hechos. Recuerde que en la Biblia se relatan, no solo aspectos relacionados diversos personajes, sino también la ubicación.
Dependiendo del sitio donde se desenvuelven los acontecimientos, podemos identificar si se trata de territorios poblados por creyentes (llámese israelitas o cristianos, según si está leyendo el Antiguo o el Nuevo Testamento).
Lo más aconsejable, por supuesto, es que usted se traslade a la sección de la Biblia que utiliza, en donde se publican los mapas. Son de una extraordinaria ayuda. También y como veremos más adelante, es necesario que usted aprenda la utilización de escalas en el momento de determinar distancias. Estas instrucciones podrá consultar con su maestro bíblico.
Tener en cuenta las referencias textuales:
Cuando estudiamos en detalle un pasaje de la Biblia, es importante tener en cuenta las referencias que aparecen y que nos llevan a otros textos.
Pongamos un ejemplo. Vamos a realizar un análisis pormenorizado al primer capítulo del libro de Isaías. Nuestro propósito es averiguar qué ocurrió cuando el profeta inicia y desarrolla su ministerio.
Al comenzar a leer, encontramos en el texto que: “Visión de Isaías, hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequias, reyes de Judá” (Is. 1:1).
Para tener una idea aproximada de qué estaba ocurriendo en todos los órdenes: político, religioso, económico, administrativo y cultural, entre otros, es necesario que nos tomemos el tiempo que se requiera para investigar en las referencias anotadas.
Si observamos con cuidado, encontraremos que las referencias al rey Uzías se encuentran en 2 Reyes 15:1-7 y 2 Cr. 26:1-23; las de Jotam, en 2 Reyes 15:32-38 y 2 Cr. 27:1-9; las de Acaz, en 2 Re. 16: 1-20; 2 Cr. 28:1-27 y las de Ezequias, en 2 Reyes 18:1-20 y 2 Cr. 29:1-32.
Un cuadro de características
Para determinar qué hizo cada uno de los monarcas israelitas y de qué manera, su desempeño administrativo y religioso pudo ejercer influencia no solo en el pueblo sino en el ministerio del profeta Isaías, es de mucha ayuda la elaboración de un cuadro.
En el debemos consignar: “¿Qué hizo positivo?”, “¿Qué hizo negativo?” y una tercera casilla en la que anotemos “¿Qué nos enseña para nuestro tiempo?”.
De esta manera podemos resumir las ejecutorias, evaluar su desenvolvimiento. Esto es fundamental ya que podremos entender un poco las circunstancias que rodearon el desenvolvimiento de Isaías y nos ayudará también a conocer, con más detalle, el por qué se escribió la profecía.
Ahora le aconsejamos que lea cada una de las referencias bíblicas que hay sobre los reyes. En el cuadro, anote qué hicieron, si su período administrativo fue bueno o malo de acuerdo con el relato del autor sagrado, si estuvieron cerca o alejados de Dios, de qué manera ejercieron influencia en el pueblo, cuántos años de edad tenían cuando iniciaron su reinado y, por supuesto, cuánto tiempo gobernaron.
Cuando tenga el análisis de cada uno de los cuatro reyes que vio gobernar Isaías, tendrá un panorama mucho más claro de cuál fue la influencia que ejercieron en su ministerio y de qué manera, las profecías que él transmitió tenían cumplimiento en el pueblo de Israel.
Se trata de un punto que no puede pasar por alto. Recuerde que generalmente las referencias a otros textos bíblicos, se escriben justamente para ubicar al estudiante de la Biblia.
Análisis versículo por versículo
Ahora vamos al análisis versículo por versículo. Es necesario que al hacerlo, anotemos en una hoja de papel cada versículo que estudiaremos en detalle. ¿Qué se debe tener en cuenta?
En primera instancia es necesario que tomemos nota:
Del centro del versículo
Con estos términos nos referimos a cuál es la enseñanza primordial en el versículo objeto de análisis. Por ejemplo, el versículo dos del primer capítulo de Isaías. Allí se comienza a describir en detalle la profecía. Nuestro propósito es encontrar el centro.
Dice así: “Oíd, cielos, y escucha tu, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí” (Is. 1:2).
Haga una segunda lectura de este versículo. De nuevo, si no le queda claro cuál es el punto central de ese pequeño texto. Usted podrá decir: “La profecía es para los cielos y la tierra”. Está bien, no le discuto, pero es necesario ahondar un poco más. ¿Se da cuenta? A medida que avanzamos, descubrimos que es necesario aguzar mucho más los sentidos cuando leemos la Biblia. Una segunda opinión podría señalar: “El centro del pasaje es Jehová. Él es quien habla a través de su profeta”. Se aproxima pero definitivamente, todavía no es el punto.
De ser necesario, realice una nueva lectura. Sí, lo descubrió. El punto focal se encuentra no al principio del texto ni en la mitad, en este caso está al final. Sí, definitivamente lo descubrió. Esta refiriéndose a la rebeldía del pueblo de Israel.
Como usted está tomando nota en su libreta, anotaría Versículo 2 – centro: Rebeldía del pueblo.
Le invito para que ahora se dirija al versículo 3. Repitamos el ejercicio. Haga las lecturas cuantas veces considere necesario. La idea es que tome apuntes cuando ya tenga claro cuál es el centro de ese versículo.
Dice así: “El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento” (Is. 1:3).
Hagamos de nuevo el análisis. Despacio. De seguro ya pudo identificar el punto esencial. No es ni el buey, ni el dueño y menos el pesebre. En esencia, esta primera parte del versículo lo que hace es ilustrar la segunda parte que es donde se encuentra la enseñanza principal. Sí, el punto central sería el desconocimiento del pueblo, la ignorancia de las cosas de Dios.
Ahora le animamos para que prosiga así con los versículos que van desde el 4 hasta el 9.
Tome nota. No deje de hacerlo porque justamente aprenderá en la medida en que ponga en práctica la teoría. Realizar los ejercicios constituyen la base para que se constituya en un buen estudiante de la Biblia.
Supongamos que ya hizo los ejercicios. Los tiene en su libreta de notas. Habrá podido descubrir que todos reiteran un punto: la rebeldía y alejamiento del pueblo. Están al margen de la voluntad de Dios porque incurrieron en el pecado, la depravación y por supuesto, un desconocimiento absoluto de los preceptos trazados por el Señor.
Ahora diríjase de nuevo al versículo 9. Leámoslo de nuevo. Allí encontrará una enseñanza valiosa. Dice el texto: “ Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma y Gomorra fuéramos, y semejantes a Gomorra” (Is. 1:9).
Si usted leyó los versículos anteriores, notará que en la profecía el Señor está recabando en el pecado del pueblo y su distanciamiento de la Palabra, es decir, de las leyes que El había prescrito. Pero este versículo 9 es diferente de los demás. Y la importancia de la diferencia radica justamente en que nos refiere que Dios ha dejado un pueblo pequeño. Un remanente que pareciera indicarnos, ha contribuido para que en ese momento no se desencadenara el juicio divino, que de hecho, estaba a las puertas.
¿Para quién iba dirigida la profecía?
Ahora una pregunta que es natural que se esté formulando: ¿A quién iba dirigida esta primera parte de la profecía?.
Si no hubiésemos hecho un estudio previo sobre los cuatro reyes.... pensaríamos que el anuncio profético tenía aplicación en todos los casos. Pero el análisis que ya realizamos, nos permite intuir que se refiere, probablemente a los dos últimos reyes y en particular al declive moral en el que sumieron al pueblo.
Cúmulo de material
Cuando ya realizamos un análisis pormenorizado, versículo por versículo en todo el capítulo, tenemos una serie de informaciones que nos ayudarán a tener un panorama amplio de qué estaba ocurriendo.
Es como si se encontrara en una Biblioteca y tras pedir libros de toda clase, los tuviese sobre la mesa. Sabe de qué trata cada uno de los textos. Tiene al menos las referencias. Pero usted lo que va es a responder un cuestionario. Le corresponde entonces ir ordenando los libros de consulta, de acuerdo con los temas.
Eso justamente es lo que hacemos cuando ya tenemos realizado el análisis de todo el pasaje. Tenemos a mano el cúmulo de información. Nos corresponde ahora ordenarla de manera que nos facilite la elaboración del sermón, de acuerdo con los modelos que aprenderemos más adelante.
No olvide que en todo este proceso juega un papel esencial la utilización de la libreta de apuntes. Guardar esa información es crucial, porque no solo ahora, cuando se apresta a elaborar un mensaje, sino en la posterioridad, puede servirle para elaborar otros estudios bíblicos relacionados.
Cuestionario a la Lección 16
1.- ¿Qué buscamos con el cuadro de interrogantes?
a.- Conocer más sobre el texto y el contexto.
b.- Tener una aproximación a las circunstancias sociales, políticas, económicas, religiosas y culturales de la época.
c.- Conocer al máximo la información que pueda suministrarnos el autor sagrado.
2.- ¿Cuáles son los interrogantes que formulamos?
a.- Son ¿Por qué? ¿Cuándo? y ¿Dónde?
b.- Los más aconsejables son ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? y ¿Dónde?
c.- Basta con preguntarnos ¿Cuándo? y ¿Quién?
d.- Todas las anteriores.
3.- ¿Por qué son importantes las referencias textuales?
a.- Porque nos permiten ampliar sobre los aspectos que estamos estudiando y que pueden tener mayor desarrollo en otros pasajes bíblicos.
b.- Nos permite conocer qué estaba ocurriendo en aspectos de orden cultural, político, económico y social.
c.- Nos definen un cuadro de características de cuanto estamos estudiando.
d.- Las respuestas a y b son correctas.
e.- Sólo las preguntas a y c son correctas.
4.- El cuadro de características positivas ¿Qué papel juega en el estudio bíblico?
a.- Hace posible que conozcamos el contexto general.
b.- Responde a los interrogantes ¿Qué hizo positivo?, ¿Qué hizo negativo? Y ¿Qué nos enseña para nuestro tiempo?.
c.- Las anteriores.
d.- Ninguna de las anteriores.
Publicado en: Escuela Bíblica Ministerial
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