Enfrente las crisis con ayuda de Dios

1.- Lectura Bíblica:  Marcos 4: 35-40; Mateo 11:28-30

2.- Meditación familiar:

Las crisis sacan lo peor del ser humano. Afloran la intolerancia, la irracionalidad, la irascibilidad, el egoísmo; pero también, los temores, la ansiedad y la desesperación.

Esas emociones encontradas se evidenciaron cuando la barca en la que iban el Señor Jesús y sus discípulos, entró en una zona de tormenta, en medio del mar como leemos en Marcos 4: 35-40.

El pasaje nos revela cinco aspectos que debemos tener en cuenta a nivel personal y familiar:

• Las emociones descontroladas nos impiden ver la realidad.
• El desespero nos lleva al pánico.
• Dimensionamos los problemas y transformamos en gigantes los que son pequeños problemas.
• La única salida a la crisis es volvernos a Cristo.
• Es necesario pedirle al Señor Jesús que tome el control de nuestra situación, cualquiera que sea.

Desconocemos cuál sea la situación que enfrenta en su vida y hogar. Lo que sí sabemos es podemos salir de cualquier encrucijada con ayuda del Señor Jesús. No perdamos de vista la invitación del amado Salvador:

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."(Mateo 11:28-30| RV 60)

En los momentos de crisis es cuando descubrimos si de verdad estamos confiando en nuestras fuerzas o en las de Dios.

Si no ha rendido su vida a Cristo, hágalo hoy. Ábrale las puertas de su corazón, y de paso, en oración, permita que Dios gobierne su hogar.

3.- Oración familiar:

“Dios y Salvador Jesucristo, gracias por ocupar el primer lugar en mi familia. Pido delante de tu presencia que nos ayudes a resolver los problemas familiares. Rindo a ti, todo lo que voy a hacer en mi vida persona, en la relación con mi cónyuge y con mis hijos. Danos sabiduría. Amén.”

4.- Una Meta familiar para hoy:

Con ayuda de Dios, no seguiré dependiendo de mis fuerzas para superar los problemas. Los rendiré a Él.