Errores que dañan a las personas que amamos

1.- Lectura Bíblica: Deuteronomio 8:1-3.
2.- Meditación familiar:
El mundo todavía no se repone de las consecuencias devastadoras de la explosión en un reactor nuclear de Chernóbil. Ocurrió el 26 de abril de 1986, a la madrugada, producto de un error humano.
La radiación saturó muchos kilómetros a la redonda, incluyendo buena parte de Bielorusia.
Inicialmente murieron 31 personas; con el paso de los días la cifra ascendió a 80 mil y hasta la fecha se estima que sobrepasan el millón de víctimas.
Recordar este evento doloroso de la humanidad, me llevó a reflexionar en los errores que desencadenan consecuencias a corto, mediano y largo plazo. Lo experimentó dolorosamente el rey David (Salmos 51). Probablemente lo escribió en medio de la desesperación, tras el adulterio con Betsabé, la esposa de Urías. Lo grave es que nuestros errores tienen muchas veces consecuencias duraderas.
Piense por ejemplo en el dolor que produce una infidelidad, un gesto despectivo o una palabra hiriente a alguno de los miembros de su familia o del círculo de personas con las que interactúa habitualmente.
Cuando la Biblia que el pueblo de Israel cometió muchos errores, pero el más sobresaliente, su rebeldía a Dios. Lo hicieron en medio del desierto. Fue una actitud recurrente. Por supuesto, enfrentaron las consecuencias.
El profeta Moisés advirtió a una multitud de hebreos de tránsito a la tierra prometida:
“Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” (Deuteronomio 8:1-3 | RV 60)
Un avance de significación es reconocer que hemos fallado, con nuestro cónyuge, hijos y los seres que amamos. Para hacerlo, es necesario tomarnos un tiempo para examinarnos, identificar en qué estamos fallando y disponernos al cambio.
Es un paso que nos permitirá restaurar las relaciones y, en ese proceso, lo más probable es que obtendremos el perdón de nuestra familia. Por supuesto, no estamos planteando que será fácil, pero tomados de la mano del Señor Jesucristo podemos lograrlo.
Si no ha recibido aún a Jesucristo como su único y suficiente Salvador, hoy es el día para hacerlo. Emprenda de Su mano el viaje maravilloso hacia el cambio y crecimiento permanentes.
3.- Oración familiar:
“Dios de los cielos, reconozco que durante gran parte de mi vida he cometido errores, la mayoría de los cuales han herido a mi familia. No solamente quiero reconocer mis fallas, sino cambiar con tu ayuda mi amado Señor. Dame la gracia y la fortaleza para lograrlo. En tus manos someto mi vida. Amén”
4.- Una meta familiar:
Con ayuda de Dios voy a revisar en qué aspectos estoy fallando en mi relación familiar para emprender el proceso de cambio permanente.
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Publicado en: Altar Familiar
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