Formando nuevas generaciones comprometidas con Dios
1.- Lectura Bíblica: Deuteronomio 6:7-9
2.- Meditación familiar:
Jaír no cedió a la tentación. A sus diecisiete años dijo no cuando otros sencillamente se dejaban arrastrar por el momento y consumían drogas. Sabía que tan solo un cigarrillo mezclado con alguna sustancia psicoactiva, sería el umbral para entrar en el infinito mundo de la drogadicción.
— No me dejé tentar porque mis padres me insistieron que jamás me dejara arrastrar por las drogas— explicó tiempo después cuando le preguntaron cómo había hecho para permanecer sano en medio de un cúmulo de amigos inmersos en la farmacodependencia.
¿Cómo aseguramos que nuestros hijos se muevan en principios y valores? Enseñándoselos desde hoy. Es la recomendación que le hizo Dios al pueblo de Israel cuando iba a entrar en la tierra prometida y que nos hace hoy: “Repíteselos (los mandamientos) a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.” (Deuteronomio 6:7-9. NTV)
La enseñanza bíblica— que nos alimenta con principios y valores — debemos impartírsela a nuestros hijos cada día, en todo momento.
¿La razón? Usted y yo estamos sentando las bases de hijos sólidamente formados, con pautas de vida que les lleven al crecimiento personal, espiritual y matrimonial permanente.
El autor cristiano, Guillermo D. Taylor, enseña:“Como padres no podemos confiarnos ni descuidarnos. Es imperativo demostrar nuestra vida cristiana genuina en el hogar, a la vez que fortalecemos la fe de nuestros hijos, hasta una futura y fuerte maduración… Lamentablemente, muchos hijos de trasfondo evangélico han rechazado la fe que les formó en el hogar.” (Gillermo D. Taylor y Sergio E. Mijangos. “La familia auténticamente cristiana”. Editorial Portavoz. 1983. EE.UU. Pg. 18)Cuando los principios bíblicos prevalecen en el hogar, debemos tener la plena confianza que nuestros hijos andarán en los caminos que deben, sin ceder a las tentaciones como las que les ofrecen a cada paso en una sociedad sin moral, descompuesta y cada vez más caótica como la nuestra.
“¿Si funciona?”, preguntará usted y la respuesta es contundente: Por supuesto que sí. Lo demuestra la experiencia milenaria de muchas generaciones levantadas con fundamentos bíblicos, cimientos que se han visto reflejados en hogares donde reina la armonía, el amor, la comprensión, la tolerancia y la ayuda mutua.
Hoy es el día para decidirnos a cambiar. Permitir que las pautas de la Palabra primen en nuestra familia. Le aseguro que no se arrepentirá.
Y si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día que tome esa decisión a nivel personal y familiar. Le aseguro que no se arrepentirá porque cuando Dios ocupa el primer lugar, todo cambia. ¡Ábrale el corazón a Jesucristo!
3.- Oración familiar:
“Mi amado Dios y Padre celestial, reconocemos que si algo marca la diferencia en la relación familiar es que Tú ocupes el primer lugar en nuestro hogar. Si gobiernas, nuestras decisiones serán sabias. Avanzaremos en el camino oportuno y apropiado. No permitas que nos desprendamos de Tú mano. Concédenos crecer cada día en nuestra relación familiar y si hay dificultades, concédenos la sabiduría necesaria para resolverlos. Amén”
3.- Una Meta familiar para hoy:
Me hago el propósito desde hoy a impulsar una relación permanente de mis hijos con Dios.
Publicado en: Altar Familiar
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