¡Hay mucho trabajo por hacer!
(Lección final)
Con frecuencia pienso en la tarea que hay delante de nosotros: Millares de hombres y mujeres viviendo su propio drama. Aun cuando su mundo exterior revela tranquilidad, muy dentro están presa del dolor, la angustia y la desesperación. Van de un lado a otro, desorientados, como alguien perdido en un inmenso e interminable laberinto.
Y aunque para ellos el panorama luzca desalentador, usted y yo tenemos un mensaje que puede cambiar el curso de la historia de cada uno de ellos. Lo que tenemos es el mensaje transformador de Jesucristo. Una Palabra que marca la diferencia en todo ser humano.
Lo sorprendente es que están ahí, esperando que les compartamos un mensaje— el que tenemos a disposición — que traiga alivio a su mundo interior. ¿Está dispuesto a asumir el reto? Hoy es el día, en este mismo instante. Jesús quiere utilizar su vida con poder. Recuerde que “El Señor hace todo con un propósito…” (Proverbios 16.4 a. Versión La Palabra). No es casualidad que esté vivamente interesado en el material de “Expandiendo tu territorio” Seminario virtual para Sembradores de Iglesias.
Usted y yo tenemos el mensaje que el mundo necesita, porque es un mensaje transformador, como lo ilustró el Señor Jesús: “También les dijo: — El reino de los cielos uede compararse a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina ara que fermente la masa” (Proverbios 16.4 a. Versión La Palabra)
¡Hay mucho trabajo por hacer¡ recuerde que, cuando evangelizamos, esa semilla produce transformación en la totalidad de cada persona. Quizá no alcanzamos a dimensionar qué ocurre, pero el cambio y el crecimiento en cada viva son reales, y a través de su proceso, impacta a quienes le rodean, comenzando por los integrantes de la familia. El amado Salvador lo dejó muy claro como lo leímos en el texto que antecede…
El trabajo no termina allí
Jamás olvide que el trabajo no termina con arrojar la semilla del Evangelio. Es apenas el comienzo de un proceso que va acompañado de algo especial: establecer lugares donde los nuevos creyentes puedan reunirse y crecer mutuamente en el poder de Jesucristo.
Cuando tenemos claro nuestro compromiso, comprendemos la necesidad de sembrar nuevas iglesias. Es una de las formas de contribuir a la extensión del Reino de Dios.
Usted es la persona que el Señor Jesús necesita y a quien quiere utilizar. ¡Es tiempo de comenzar el trabajo¡ No está solo en esta tarea. Nuestro amado Salvador guiará su camino para conducirlo a la victoria.
Publicado en: Escuela Bíblica Ministerial
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