Jesucristo, sumo sacerdote del tabernáculo de Dios por la eternidad

Texto Bíblico inicial: Éxodo 15:17, 18; Salmos 92:12-14.

Introducción:

La Palabra dice que Dios moró en medio de Su pueblo por medio del tabernáculo que le construyeron en el desierto y que, después, se vio materializado como el templo de Jerusalén. No obstante, el pueblo de Israel desconoció la santidad der Dios, la misma que espera de nosotros que somos hoy templo de Dios.

I.- EL TABERNÁCULO REVISTE IMPORTANCIA EN LA HISTORIA DEL PUEBLO DE DIOS

1.- Jesucristo es el Sumo Sacerdote, ministro del santuario celestial (Hebreos 8:1, 2; 9:11)

• El tabernáculo es la “morada de Dios”. En el hebreo traduce (Éxodo 25:8)
• Dios prometió que moraría con su pueblo en el tabernáculo (Éxodo 29:43-46)

¿Por qué Jesús es Sumo sacerdote en el tabernáculo del cielo? Porque el cielo es el trono de Dios (Isaías 66:1, 2) Para ampliar más conocimientos:

• El tabernáculo fue construido por medio de ofrendas voluntarias. Véanse Éxodo 25:1-9; 35:4-9, 21, 29.
• Dios escogió a los trabajadores que con­struyeron el tabernáculo y los llenó con Su Es­píritu - Éxodo 35:30; 36:1-7.

2.- Dios no podía limitar su grandeza a vivir en un templo hecho por el hombre (1 Reyes 8:27-29; Salmos 139)

3.- Históricamente los israelitas profanaron el tabernáculo (Levítico 10:1-2; 1 Samuel 2:22; 2 Reyes 21:7; Nehemías 13:7, 8; Lamentaciones 2:6, 7)

4.- Más que una adoración en el tabernáculo, Dios advirtió a los israelitas que esperaba una transformación de todo su ser (Jeremías 7:4-7, 11; Cf. Malaquías 1:10)

5-. Jesús mismo denunció que habían convertido el templo de Dios en cueva de ladrones (Mat. 21:12, 13)

II.- A TRAVÉS DE LA ENCARNACIÓN DE JESÚS, DIOS COMENZÓ A MORAR CON SU PUEBLO

1.- Jesús es llamado Dios con nosotros (Mateo 1:21)

2.- Jesús era desde antes de la creación, pero se corporizó y habitó entre nosotros (Juan 1:14)

3.- Jesús se llamó a sí mismo el templo de Dios (Juan 2:19-21)

4.- Por su  relación con Cristo, el cristiano también se considera como templo de Dios (1 Corintios 3:16, 17; 2 Corintios 6:19, 20; Efesios 2:20, 21; 1 Pedro 2:5).

5.- Si somos templo de Dios, debemos separarnos de la mundanalidad (1 Corintios 10:16-22; 2 Corintios 6:14-7:1).

II.- EL CRISTIANO DEBE GUARDAR REVERENTE RESPETO POR EL TABERNÁCULO

1.- Si somos templo de Dios, debemos vivir en santidad.

2.- Debemos marcar la diferencia porque los judíos profanaban el tabernáculo..

3.- Dios no habita en los templos de hoy, sino en los creyentes (Cf. Hebreos 3:6; 1 Pedro 2:5)

4.- Dios valora a quienes se mueven en Su voluntad y le rinden culto racional (Isaías 66:1, 2)

5.- En la eternidad, Dios mismo será el templo (Apocalipsis 21:22)

Conclusión:

Gracias a la obra redentora del Señor Jesús, el seguidor del Maestro es templo vivo del Espíritu Santo. Es una declaración maravillosa que va de la mano con un enorme compromiso: vivir en santidad. Es así como Dios espera que vivamos. Es cierto, siempre tendremos el asedio de la tentación, pero asidos de la mano del Señor Jesús encontramos la fortaleza para vencer, cualquiera sea la circunstancia que nos salga al paso. Él nos hace victoriosos.