La oración a Dios es la puerta hacia los milagros
(Lección 12 – Nivel 5)
Los primeros vestigios del desmoronamiento de su relación matrimonial, se tornaron evidentes con las frecuentes discusiones que mantenía. Pronto se convirtieron en el pretexto de su esposo para irse de casa, y regresar tres y hasta cuatro días después.
El clima se enrareció. El lugar más que una moderna residencia que compraron recién contrajo nupcias, en un barrio de clase media con grandes árboles cubriendo las avenidas y una vista fabulosa de la ciudad, parecía un campo de batalla. No faltaban los altercados diarios.
En momentos así pensó en muchas alternativas. La separación era una de ellas, sin embargo no quería darse por vencida.
–Inténtalo de nuevo...— le repitió una y muchas veces su madre, preocupada por una ruptura matrimonial.
–Ora a Dios. El responderá — , le recomendó una compañera de oficina. Y eso fue lo que hizo.
Al principio sentía temor al pensar que Dios no la escucharía debido a que llevaba años distante de Él. Sólo iba a un servicio religioso cuando alguien contraía matrimonio o tal vez en un funeral.
Aparte de esas ocasiones, muy excepcionales por cierto, el Señor estaba fuera de su horizonte mental.
No recuerda el día ni la hora, pero sí que Dios atendió sus ruegos. En el momento que menos esperaba. Las circunstancias fueron diferentes. Ella atribuye a su fe en el poder ilimitado del Señor, los cambios profundos y positivos que ha experimentado su relación al interior de la familia.
¿Hay algo imposible para Dios?
¿Se ha preguntado quién pone límites al obrar de Dios? Aunque le parezca extraño y quizá razone que estoy expresando una herejía, estoy convencido que los límites para que nuestro amado Señor opere milagros, prodigios y señales en nuestras vidas, los ponemos usted y yo.
¿De qué manera? Cada vez que dudamos y concebimos una pregunta frustrante: “¿Será que Dios me responde con un milagro?” En ese instante levantamos un enorme muro que a nosotros nos inquieta. ¿Qué dice la Biblia al respecto? El autor sagrado escribió: “...nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37).
¿Se da cuenta de qué significa esto? Que no hay fronteras ni barreras y que los primeros diques que debemos derribar son las limitaciones mentales que minan nuestra fe.
En el nombre de Jesús ocurren milagros
Cierto día que Pedro y Juan iban camino del templo, se dirigió a ellos un hombre de cuarenta años que desde su nacimiento no había podido caminar.
Los apóstoles estaban sin recursos económicos para auxiliarlo pero Pedro, en el nombre del Señor Jesús, le instó a caminar y tomándolo de la mano le levantó. Al instante se le afirmaron tendones y músculos. ¡Ocurrió un milagro en su existencia!. (Cp. Hechos 3:1-7).
Al ser interrogados respecto al por qué había ocurrido la sanidad, Pedro respondió: “Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este hombre a quien ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado por completo, como les consta a ustedes.” (Hechos 3:16. Nueva Versión Internacional).
¿Por qué ocurrió el milagro? “Por la fe en el nombre de Jesús... ” ¿De dónde viene esa fe? Pedro advierte que “Esta fe que viene por medio de Jesús...” ¿Qué ocurrió? Que el hombre fue sanado totalmente.
Rompa la barrera
Es imperativo romper esa barrera que nos separa de los milagros. Tenemos que aprender a creer que en el nombre de Jesucristo, a quien Pedro llamó “el autor de la vida” (Hechos 3:15) ocurren señales y prodigios que rompen con toda lógica humana y entran en la categoría de “milagros”.
¿Cómo comenzamos el proceso? Creyendo y orando. Es la pauta a seguir. El tercer paso es esperar en la voluntad divina. El tiene su propio tiempo. De lo que sí podemos estar seguros es de qué responderá. No se hará esperar toda una vida.
Tal vez está atravesando por una situación angustiosa, una enfermedad que los médicos diagnosticaron como incurable o un problema personal que considera, ni usted mismo puede resolver. Pero sí es posible encontrar una salida al laberinto confiando en Aquél que todo lo puede.
Cuestionario para la profundización de la Lección 12:
Por favor, lea detenidamente los textos y postulados de cada pregunta, y teniendo a mano su libreta de apuntes, por favor, anote las respuestas:
a.- Cuando surgen problemas, ¿los enfrenta en oración?
b.- ¿Es consciente en su vida de que la oración cambia las circunstancias?
c.- ¿Ha evidenciado períodos de duda cuando ora a Dios?
d.- ¿Ha pensado que dudar es una enorme barrera que levantamos cuando oramos a Dios?
e.- ¿Qué aprendemos del texto de Lucas 1:37?
f.- ¿Por qué afirmamos que ministramos el poder de Dios en el Nombre de Jesús (Cp. Hechos 3:16)?
g.- En sus propias palabras explique, ¿por qué orar y creer son dos pasos indispensables para los milagros?
Publicado en: Escuela de Oración
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