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La oración de una sola persona puede cambiar la historia


(Lección 1 – Nivel 5)

La oración de una sola persona puede cambiar la historia (Lección 1 – Nivel 5)

A Sonia la sorprendió el médico cuando, al entregarle las placas radiográficas y otros análisis, le confirmó que padecía cáncer.

David recibió una llamada del banco. En la mañana, recién llegaba a la oficina. “No hay más plazo, señor Rodríguez. Ya que no podrá cancelar el crédito hipotecario, si apartamento irá a remate jurídico”. El hombre colgó el auricular y se sentó con el mismo peso de quien recibe el mundo entero sobre sus hombros.

A María Elena el esposo la abordó después de ver el noticiero de televisión en la noche. Estaba muy serio. Ni siquiera le tomó la mano, como siempre. Simplemente le dijo: “No hay necesidad de causarnos más daño. El único camino es la separación”.

Débora recibió notificación de su jefe inmediato sobre la imposibilidad de un aumento de sueldo. “Creería que es mejor que busque trabajo en otro lugar", decía la carta. Ella se quedó de una sola pieza. ¡No tenía otra posibilidad de empleo!

Cuatro casos aislados con un común denominador: Parece imposible resolver una situación particular. No hay mayores posibilidades salvo resignarse al curso de los hechos. ¿Debería ser así? Sin duda que no.

La historia de todos y cada uno de nosotros puede cambiar. De problemas a soluciones, de dificultades a bendiciones, de estancamiento hacia nuevos niveles. ¿De qué manera? A través de la oración.

La transformación de las circunstancias adversas comienza y termina con la oración. Dirigirnos al Padre celestial, en clamor, puede marcar la diferencia.

El apóstol Santiago hizo en el primer siglo una apreciación que cobra especial vigencia en nuestro tiempo: " ¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas. ¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia, para que vengan y oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. Una oración ofrecida con fe sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere; y si ha cometido pecados, será perdonado.” (Santiago 5:13-15. NTV)

Esas líneas encierran una profunda enseñanza. Nos muestran que todo el panorama puede cambiar, por ensombrecido que luzca hoy. La oración desencadena el poder de Dios y abre puertas que jamás imaginamos, en un nivel de poder que quizá hasta el momento no hemos utilizado. Comprensible, porque tal vez lo desconocíamos.

Comunión con el Dios de poder

Cuando oramos, entramos en la dimensión de Poder de Dios. Entramos en comunión con Él. Orar produce transformación en las personas, hace que se produzcan milagros y trae avivamientos a nivel personal y colectivo.
El evangelista internacional, Carlos Annacondia, al respecto enseña: “La oración nos lleva a esa comunión con el Padre y que nos permite ver la necesidad que tiene la gente de volverse a Dios. En Él las personas encontrarán paz, felicidad, esperanza, trabajo, salud, etc. ¡Todo está en las manos del Señor! Si aún anhelamos ver un cambio en nuestra vida, nuestra familia, nuestra ciudad y nuestro país, es necesario orar, ya que la oración es la llave que Dios nos dejó y nos enseñó a usar por medio de Jesús.” (Carlos Annacondia. Citado en el libro “Cuarenta días de ayuno, oración y renovación personal - Argentina 2014”. Ghione Impresores. Pg. 9)
Con frecuencia habrá escuchado a quienes dicen: “Ayúdeme a orar, que a usted Dios sí lo escucha”. Es un error. Dios nos escucha a todos. El que alguien haya desarrollado cierto grado de espiritualidad no lo lleva a tener privilegios delante del Padre celestial. Él nos ama por igual, y por igual escucha nuestro clamor.

El apóstol Santiago reafirmó este principio cuando escribió: "Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio! Más tarde, cuando volvió a orar, el cielo envió lluvia, y la tierra comenzó a dar cosechas.” (Santiago 5:16-18. NTV)

Su enseñanza gira alrededor del poder que se desencadena cuando oramos. Orar trae sanidad, y obra en las personas aquello que la ciencia médica considera imposible.

Elías fue un profeta de Dios, pero cuando lo mira Santiago desde su óptica, dice que era tan humano como usted o yo. En otras palabras, las oraciones de él iban a ser escuchadas ante el Padre como las suyas o las que elevo en Su Presencia.

Orar no es para algunos solamente, es para todos. Es la entrada al trono celestial. Es la puerta para que las circunstancias y la historia cambien. Es el paso para que lo imposible se haga posible.

La oración toca el corazón de Dios

A Dios no podemos presionarlo. Incluso, si hacemos teatro para disuadirlo, nada pasará porque Él conoce la intimidad de nuestro corazón. Pero las circunstancias cambian cuando nos decidimos a orar. Ahí el asunto es a otro precio.
Carlos Annacondia precisa que: "Hay momentos de desesperación en los que uno pide alterado, y el Señor está ahí para ayudarnos. La oración mueve Su mano poderosa. A través de una simple y sencilla oración, muchas personas se encontrarán con Jesús. Debemos cultivar nuestra amistad con Dios y cultivar no es otra cosa que hablar con Él. ¡Necesitamos tiempo para hablar con Dios!” (Carlos Annacondia. Citado en el libro “Cuarenta días de ayuno, oración y renovación personal - Argentina 2014”. Ghione Impresores. Pg. 9)
Si la oración nos lleva a estar con Dios, esa misma oración elevada con fe y bajo la convicción de que algo ocurrirá, nos llevará a un mayor acercamiento con Él. Eso explica por qué Jesús pasaba la noche en oración, o se madrugaba a orar.

Si clamamos en Su voluntad, procurando que se cumplan Sus planes pre determinados desde la eternidad, sin duda recibiremos respuesta: Las sanidades se producirán, las liberaciones ocurrirán, los milagros se harán posibles.

Tome unos breves momentos para meditar en e asunto y decídase, desde hoy, a orar, así sea justamento pocos minutos. Puedo asegurarle que, con el tiempo, se irá ampliando el tiempo que pasa en la Presencia de Aquél que todo lo puede.

Cuestionario para la profundización de la Lección 1:

Por favor, lea detenidamente los textos y postulados de cada pregunta, y teniendo a mano su libreta de apuntes, por favor, anote las respuestas:

a.- ¿Por qué podemos afirmar que la oración puede cambiar el curso de la historia?

b.- ¿Qué lugar ocupa la oración en su vida?

c.- ¿Qué enseñanza trae a su vida el pasaje de Santiago 5:13-15 ?

d.- ¿Por qué afirmamos que la oración produce transformación en la vida de las personas?

e.- ¿Podría mencionar un caso específico en el que haya visto el poder de Dios en acción?

f.- ¿De qué manera podría aplicar a su vida la enseñanza de Santiago 5:16-18?

g.- ¿Está dispuesto a cambiar, desde hoy, su dinámica de oración? ¿De qué manera?

Publicado en: Escuela de Oración


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