La perseverancia, clave en la respuesta a las oraciones

Base Escritural: Lucas 18:1-8

Introducción:

Con la modernidad y el surgimiento de métodos rápidos para todo (por ejemplo, el café instantáneo, los cajeros automáticos o el pago de servicios básicos por computador o teléfono etc.) hay quienes quieren respuestas inmediatas a sus oraciones. Pero sea que la manifestación de Dios se produzca en el mismo momento o tome tiempo, el cristiano está llamado a perseverar como lo enseñó el Señor Jesús.

I.- El Señor Jesús enseñó dos principios eficaces para la oración

1.- La necesidad de orar siempre (v.1).

2.- La necesidad de no desmayar (v.1).

¿Por qué podríamos desmayar?

a.- Porque la respuesta no se produce de inmediato.

b.- Porque oramos y nada pareciera ocurrir.

c.- Porque creemos que Dios no escucha nuestras oraciones.

II.- El Señor ilustró la importancia de perseverar (vv.2-5)

1.- la viuda se vio enfrentada con la injusticia y perseveró (vv.2,3)

2.- La viuda reconoció el poder que tenía el juez injusto (v.3).

3.- El juez entendió que la viuda estaba dispuesta a perseverar (vv.4,5).

III.- El Señor Jesús enseñó que Dios responde a quien persevera (vv.6-8).

1.- Dios responde a quienes claman “día y noche” (v.7).

2.- Jesús espera hallar a su regreso hombres y mujeres de fe (v. 8 a).

3.- ¿Acaso los creyentes se dejarán vencer por el desánimo en la oración?

“¿hallará fe en la tierra?” (v. 8 b).

Conclusión:

Un cristiano que persevera en oración, si pide algo que está en la voluntad de Dios, sin duda recibirá respuesta a sus requerimientos. Es necesario que haya constancia. Es un principio ineludible de reino de Dios en algunos casos. El lo compartió con todos sus seguidores cuando dijo:”¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?” (v.7 a). Estamos llamados a clamar sin permitir que nos embargue la desesperanza, hasta que se produzca una respuesta divina. Como lo planteó el Señor Jesús, espera encontrar creyentes llenos de fe.

Para tener en cuenta: El evangelio de Lucas hace un particular énfasis del Señor Jesús y la oración. Insistió en la necesidad de orar en todo tiempo (21:36); de perseverar en el clamor (11:5-13); pasaba tiempo en oración (5:16); pasaba incluso toda la noche orando (6:12); en algunas ocasiones sus discípulos le acompañaban en sus períodos de oración (9:18; 28, 29); tenía un sitio especial para retirarse a orar (11:1) y generalmente lo hacía de rodillas (21:41).