La tormenta pronto terminará y vendrán tiempos mejores

¿Alguna vez experimentó frustración porque las cosas no salieron como esperaba? A todos nos ha ocurrido.

Es más, pareciera que todo alrededor conspira— como si tuviese vida propia— para que nos vaya mal.

Esos períodos nos llevan a caminar en la disyuntiva de seguir adelante o tal vez renunciar. Lo más probable es que nos inclinemos por desistir. Darnos por vencidos. No seguir adelante. Permitir que las circunstancias adversas tomen ventaja.

Sin embargo, y aun cuando parezca que estamos nadando contra la corriente, hay razones para proseguir hacia la meta, esperanza para vencer y fortaleza cuando sentimos que llegamos al límite de la resistencia.

El rey David compartió hace muchos siglos una poderosa palabra de aliento: “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. ” (Salmos 126: 5, 6)

Sin importar qué situación esté atravesando, con ayuda de Dios vienen tiempos mejores. El panorama puede cambiar. Lo que hoy es sufrimiento, mañana será historia, y comenzará a experimentar transformación en todas las áreas de su vida.

El secreto está en rendir su vida a Jesucristo y permitir que Él tome control de su existencia. Ábrale hoy las puertas de su corazón al Señor Jesús.