Leer e interpretar la Biblia, un proceso que se aprende

Así como podemos afirmar sin temor a equivocarnos que muchas personas están en la iglesia con su presencia física pero su corazón está en otro lugar distinto, es posible señalar que podemos leer la Biblia pero algo bien distinto es que sepamos aplicarla a nuestra vida.

Toda persona desarrollar su propia estrategia, no obstante lo que realmente valida que la metodología es la apropiada, estriba en el que saquemos provecho a la lectura y extraigamos principios, valores y enseñanzas aplicables a nuestro interactuar diario: En la relación con otras personas y, por supuesto, con Dios.

Siga una línea de lectura

¿Cómo empezar a leer la Biblia? Lo aconsejable es iniciar con un Evangelio y no con el libro del Génesis, como acostumbran muchas personas. ¿Por qué por un Evangelio inicialmente? Para llegar a la aproximación más importante: Conocer el mensaje de Salvación de Jesucristo.

La Biblia debe leerse exactamente coma fue escrita: libro por libro. Cada libro tiene un significado actual de valor extraordinario para cada uno de nosotros en el día de hoy.

Hay tres pasos o movimientos en la lectura de un libro de La Biblia, según este método que proponemos, a saber:

a.- Lectura Rápida

Lo primero que recomendamos es hacer una lectura rápida del libro de La Biblia que usted desee leer. Léalo conforme a sus hábitos de lectura.

b.- Resalte con color lo que le llama la atención

Lea nuevamente el libro. En esta ocasión tenga consigo lápices de colores y al leer vaya coloreando los versículos, frases y pasajes que le llamen más la atención. Coloree esa parte y siga leyendo.

c.- Memorice textos bíblicos

Lea nuevamente el libro. En esta tercera ocasión vaya memorizando los versículos a los pasajes que usted coloreó en la segunda lectura.

La Biblia es diferente a todos los demás libros. Es la revelación misma de Dios al hombre. Por eso, antes de empezar la lectura de un libro de La Biblia, haga lo mismo que usted hace al sentarse frente a un electrodoméstico de radio o televisión: sintonice.

Una vez lo haga, tome cada enseñanza y determine cómo aplica a su vida. Es lo que nos concede las bases para ir avanzando en el proceso de crecimiento personal y espiritual.