Libérese de las emociones dañinas que abren puertas a las tinieblas

Base Bíblica: Mateo 18:21-35

Introducción:

Nuestra vida experimenta contaminación con todas las emociones dañinas que anidamos. Antes que eliminarlas, en un hecho inexplicable, las acariciamos y, en algunos casos, las alimentamos.

El asunto es grave. Le abrimos las puertas al mundo de las tinieblas. Satanás toma ventaja. Él es quien nos anima a guardar rencor, falta de perdón, resentimientos, y de paso, a arraigar raíces de amargura.

Solamente Jesucristo nos puede liberar. Él transforma nuestra existencia y nos permite despojarnos de todo aquello que nos impide avanzar.

I.- EXPERIMENTAMOS CAMBIOS CUANDO DESECHAMOS TODO AQUELLO QUE NOS CONTAMINA.

1.- Es necesario despojarnos de nuestros viejos patrones de vida (Efesios 4:22-24)

a.- Nuestra vieja naturaleza está viciada por los deseos engañosos.

b.- Es necesario una renovación mental, rendirla a Dios.

2.- Es necesario que lo terrenal muera en nosotros   (Colosenses 3:5)

3.- En el proceso de liberarnos de cuanto nos contamina, debemos renunciar a los recuerdos (Isaías 43:18-19)

a.- El pasado debe quedar en el pasado.

b.- Dios desea hacer algo nuevo en nuestra vida.

c.- El Señor Jesús llevó a la cruz nuestro pasado traumático (Isaías 53:1-5)

II.- EXPERIMENTAMOS CAMBIOS CUANDO RENUNCIAMOS A LA FALTA DE PERDÓN.

1.- Debemos retomar el dominio sobre nuestros deseos (Gálatas 5:16)

a.- Lo logramos cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe.

b.- Lo logramos cuando decidimos renunciar a los viejos deseos.

2.- La falta de perdón nos afecta en todas las áreas de nuestra vida (Mateo 18:21-35)

¿Qué hace la falta de perdón?

• Expresa desobediencia a Dios.
• Permite que el enemigo tome ventaja,
• Estorba nuestras oraciones.
• Abre puertas a los demonios.
• Afecta nuestra fe.

3.- Cinco pasos para vencer la falta de perdón: Tomar la decisión de perdonar con ayuda de Dios.

• Hacer una lista de las personas y lo que hicieron que nos produjo heridas.
• Arrepentirnos por la falta de perdón.
• Renunciar a todo espíritu de resentimiento, amargura, odio y la falta de perdón.
• Entregar a Dios todas las cargas (Mateo 11:28).

III.- EXPERIMENTAMOS CAMBIOS CUANDO RENUNCIAMOS A TODA RAÍZ DE AMARGURA 1.- Es necesario renunciar a toda raíz de amargura que nos enferma y aparta de Dios (Hebreos 12:15; Efesios 4:30-34)

• La amargura contamina el alma.
• La amargura crece, se acumula y madura.

2.- Orígenes de la raíz de amargura

• Cuando hemos perdido a alguien o algo (Rut 1:1-13; Génesis 27:34-41)
• Cuando enfrentamos situaciones que no podemos controlar.
• Cuando no podemos perdonar.

3.- La amargura produce enfermedades físicas y emocionales (Hechos 8:18-24)

4.- Sólo Dios puede traer sanidad a nuestro mundo interior (Jeremías 15:18-19)

Conclusión:

Dios nos ama y desea que experimentemos una vida plena. Él nos concibió para que nadie ni nada nos roben el gozo y felicidad que tiene para nosotros.

No obstante, la falta de perdón y la raíz de amargura se convierten en peligrosos obstáculos. Nos roban la paz interior. Nos contaminan y enferman.

Solamente en Jesucristo encontramos libertad. Él nos permite ser sanados, incluso de hechos que tuvieron ocurrencia durante nuestra niñez. Él es quien nos permite perdonar y, además, arranca de nuestro corazón, toda raíz de amargura. Es a Él a quien debemos volver nuestra mirada.