Ningún comienzo es fácil

1.- Lectura Bíblica: Mateo 3:1-12-

2.- Meditación familiar:

“Por aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea. En su proclamación decía: « ¡Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!»” (Mateo 3:1, 2| Versión Dios habla hoy)

Ningún comienzo es fácil y, quien diga lo contrario, probablemente está equivocado. El comienzo generalmente está asociado a emprender algo grande a partir de cero, allí donde no hay nada. Incluso, probablemente nadie comparte nuestra visión, los sueños y las metas.

Juan el Bautista fue un pionero. Su entrada no fue triunfal. Por el contrario, confrontó a toda la región con una palabra fuerte: “Vuélvanse a Dios”. No era un mensaje fácil de asimilar, menos para una sociedad acostumbrada a vivir bajo parámetros de vida relajados. Igual hoy. Ser confrontados por el Señor a través de sus siervos, no es agradable.

LA IMPORTANCIA DE UNA DECISIÓN. Juan el Bautista no era un predicador ostentoso. Por el contrario, era muy humilde. La diferencia radicaba en su mensaje. Era poderoso. Provenía de Dios. Eso explica la razón por la que infinidad de personas iban al desierto a escucharle (Mateo 3:4-6) Eludir nuestra responsabilidad frente al pecado no nos exime de las consecuencias (versículo 7) Tome una decisión hoy: emprender el maravilloso viaje orientado a experimentar cambios en su vida y en su relación con el cónyuge y los hijos.

LA IMPORTANCIA DE UN CAMBIO. No basta con conocer la voluntad de Dios. Es necesario vivenciar Su Palabra y permitir que nos transforme. Puede que en nuestro pasado haya un cúmulo de errores, pero con ayuda de Dios podemos cambiar. Él nos ayuda en el proceso. Tenga presente que no es una denominación eclesial la que imprime modificaciones en nuestra forma de pensar y de actuar, es Dios quien lo hace (Mateo 3:8-10)

LA IMPORTANCIA DE ABRIRLE LAS PUERTAS A DIOS. Probablemente muchas veces ha querido ser diferente. Abrir los ojos en la mañana y ser un mejor esposo o esposa, y al mismo tiempo, el mejor padre. No es imposible. Usted puede lograrlo. ¿De qué manera? Permítale a Dios que obre en su corazón (Mateo 3:11-12). Concédale a Jesucristo el primer lugar en su familia.

No podríamos terminar sin antes invitarle para que se formule los siguientes interrogantes:

• ¿Está dispuesto a modificar los pensamientos y acciones que no contribuyen a su crecimiento personal y familiar?
• ¿Qué se le ha dificultado en su anhelo de cambiar a nivel personal y familiar hasta el día de hoy?
• ¿Le ha abierto las puertas de su hogar a Jesucristo? Hoy es el día para hacerlo.

No se desanime. Ningún comienzo es fácil, pero es el comienzo. Y cuando da el primer paso, ha dado el más importante. Lo que debe hacer, a continuación, es perseverar.

3.- Oración familiar:

“Amado Dios y Padre, nuestra familia te necesita. Reconozco que el proceso de cambio comienza con mi decisión. Anhelo que gobiernes en nuestro hogar. Te abro las puertas de nuestra casa. Guía nuestros pasos. Ayúdanos a tomar decisiones y encontrar soluciones para los conflictos. Que sea en tu voluntad y no en la nuestra. Rendimos este día a tus pies. Amén.”

4.- Una meta familiar para hoy:

Revisaré cuáles son los cambios que debo imprimir en mi relación con Dios, con mi cónyuge y con mis hijos, y emprenderé ese camino tomado de la mano del Señor Jesucristo.