No descuide jamás la relación marital
1.- Lectura Bíblica : 1 Corintios 13:8
2.- Meditación familiar:
Si no queremos que muera el amor es fundamental revisar el trato que le damos. Expresarle rechazo y no manifestarle amor, va minando progresivamente los lazos. También lo es tener temas vedados, y no abordarlos en las conversaciones por temor a la reacción del otro.
Si bien es cierto hay tres factores que aceleran los conflictos de pareja: No tener metas comunes, el manejo del dinero y la crianza de los hijos, el desconocer y no valorar la vida emocional del cónyuge, no decirnos aquello que nos está causando molestia y evadir asuntos críticos, también contribuya a agrandar los problemas.
Buscar diálogo, comprensión y satisfacción en alguien que no es tu pareja, agrava el panorama.
Un estudio de la antropóloga Helen Fisher, autora del libro “Why We Love” (Por qué amamos), precisa que en el cuarto aniversario de bodas— 4 años— debemos prender las “señales de alarma” porque es el período en el que generalmente la relación matrimonial comienza a desdibujarse.
En criterio de la señora Fisher: “La mayoría de parejas que se divorcian lo hacen en el cuarto año y la razón es sencilla: buena parte de las especies que se juntan para criar un retoño lo hacen por cierto tiempo hasta que la cría ya no sea vulnerable. Los seres humanos tienen rastros de ese patrón reproductivo. Además, en términos de supervivencia es mucho mejor tener hijos con más de una pareja pues una variedad genética genera mayores posibilidades de pasar sus genes a otras generaciones. Sin embargo, esto no significa que la gente esté condenada al divorcio” (Revista Semana. “Cuándo comienzan los problemas de pareja”. Edición 1708. 2012. Colombia. Pg. 53)
Usted y yo somos responsables por dejar “morir el amor”. Si en este preciso instante busca eludir el por qué, le invito a leer lo que nos enseña el apóstol Pablo: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.” (1 Corintios 13:8. RVR 1960)
El asunto es sencillo y tiene fundamento Escritural: Si nos ocupamos de alimentar la relación, crecerá y se mantendrá viva. Si la descuidamos, morirá y es importante anotar esto: Deberemos responder ante Dios si eso ocurre.
Quienes deben asumir una mayor cuota de responsabilidad son los esposos porque según los estudios, el género es la primera variable a considerar y, en ese aspecto, los hombres son más vulnerables puesto que producen altos niveles de testosterona, por lo cual tienden a ser más arriesgados y a tener más aventuras amorosas. La psicóloga clínica Susan Heitler explica: “Mi práctica clínica sugiere que todavía hay más hombres infieles, pero la brecha de género ha disminuido con el paso de los años. Esto se debe a que la mujer ha logrado posicionarse dentro de la sociedad y ha obtenido mayores libertades que en el pasado.” (Revista Semana. “Cuál es el riesgo de ser infiel”. Edición 1709. 2012. Colombia. Pg.62)
No hay razón para descuidar la relación de pareja. Hombres y mujeres debemos mantenernos alerta. Y algo más: Pedir a Dios, quien debe ocupar el primer lugar en la relación, que nos conceda la sabiduría necesaria para alimentar el amor de manera permanente y buscar soluciones cuando consideramos que la relación está atravesando por un mal momento.
Y a propósito, ¿ya recibió a Jesús como Señor y Salvador? Hoy es el día para tomar esta decisión. ¡No se arrepentirá!
3.- Oración familiar:
“Mi amado Dios, deseamos que la relación de familia crezca cada día más. En ese propósito te pedimos que reines en nuestra relación de pareja y con los hijos, y que nos concedas la sabiduría necesaria para encontrar soluciones cuando surjan conflictos. En tus manos quedamos este día. Amén”
4.- Una Meta familiar para hoy:
En adelante me comprometo, con ayuda de Dios, a dar lo mejor de mí para edificar la relación familiar.
Publicado en: Altar Familiar
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