No rompa una buena comunicación familiar
1.- Lectura Bíblica : Proverbios 16:24
2.- Meditación familiar :
Una madre que se enoja con su esposo y deja de hablarle o viceversa, al igual que asumir un silencio hostil con los hijos, constituyen manifestaciones de agresividad no verbal. Es violencia y deja profundas huellas en la vida de nuestro cónyuge e hijos.
No podemos ir hacia los extremos. De un lado, una gritería insoportable, y de otro, la decisión de cortar la comunicación con algún miembro de la familia porque nos causó molestia.
Lo aconsejable en todos los casos es evitar el silencio hostil, pues solo logra aumentar el enojo y el rencor.
Algunos padres piensan que dejándole de hablar al hijo harán que escarmiente. No. Así solo lograrán romper la comunicación y resultará más difícil arreglar las cosas.
La profesional Ale Velasco recomienda:"Como madre debe reconocer de qué manera los miembros de su familia se sienten afectados si está deprimida, en cambio, si está bien, todos se sentirán mejor. Dese cuenta de que a veces habla sin pensar, de que explota ante cierta situación y debido a su irritabilidad, expresa cosas que no quiere; eso la ayudará a mesurarse para evitar herir a sus seres queridos. Mamá y papá deben ponerse de acuerdo en las normas y valores con las que buscan educar a sus hijos. Cualquier desacuerdo entre ellos puede confundir más a los hijos y tornarlos rebeldes." (Citada en el Diario El País. 06/12/15. Edición impresa. Colombia. Pg. C 7)Hablar es esencial. No podemos cortar la comunicación porque sencillamente estamos agravando los problemas. Dialogar sobre lo que nos incomoda, derriba los obstáculos y permite llegar al entendimiento.
Cuando vamos a la Biblia, el libro de la familia, leemos: "Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos.” (Proverbios 16:24. La Biblia de Las Américas)
Lea este pasaje una y otra vez. Tiene una profunda enseñanza. Aprendemos que hablar, en particular con nuestra familia, trae edificación y, de hecho, genera unidad y crecimiento en todos quienes conforman el hogar.
Otra recomendación valiosa referida a saber disciplinar, se relaciona con la obediencia. Saber hablarles, dialogar con ellos y orientarles sobre el comportamiento que deben asumir, ayuda a los hijos.
Cuando los hijos están pequeños se pueden someter, castigar, pero cuando esos hijos crezcan se rebelerán y su hogar se convertirá en un campo de batalla. Lo que se siembra en la niñez se cosecha en la adolescencia. El diálogo en la familia es esencial para lograr el éxito entre padres e hijos.
Esa comunicación debe ser cotidiana, para enfrentar un problema, dar solución a situaciones, elegir entre varias opciones o intercambiar puntos de vista. Evite que sus hijos se sientan rechazados o incomprendidos, que con cualquier pretexto, se les impida hablar o no se les escuche. Esto lo interpretará como un “no tengo tiempo para mi y, para ti, menos”.
Recuerde que está a tiempo de aplicar correctivos. Hoy es el día para que se decida a cambiar. Tenga la certeza de que Dios le ayudará en el proceso. No obstante, para avanzar, es esencial que le abra las puertas de su vida a Jesucristo y le permita que ocupe el primer lugar en su vida. Cuando lo hace, inicia el maravilloso proceso de crecimiento personal, espiritual y familiar que tanto ha anhelado.
3.- Oración familiar :
“Mi Señor y Salvador Jesucristo, gracias porque tu obra redentora también nos cubre como familia. Te pedimos nos ayudes en el proceso de crecer cada día como padres. Muéstranos cuando fallamos en la crianza de los hijos y enséñanos qué correctivos debemos aplicar cada día. En tus manos sometemos este día y todo cuanto vamos a hacer. Amén”
4.- Una Meta familiar para hoy :
Le pediré a Dios que me oriente sobre la forma apropiada para educar a mis hijos y también, la manera como debo hablarles.
Publicado en: Altar Familiar
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