No sacrifique su familia por el éxito, el reconocimiento y la búsqueda de solidez económica
Base Bíblica: Eclesiastés 4.7-12; Éxodo 18:1-21
Introducción:
La familia es muy importante. Dios ama la familia, y como para Él nuestro hogar representa una prioridad, debemos volcar nuestros esfuerzos a construir una relación sólida, a nivel de pareja pero también con nuestros hijos. De nada sirve escalar en todos los órdenes— ministerial y secular— si no tenemos la familia con nosotros. Hoy es el día para evaluar cuidadosamente cómo anda nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con el cónyuge y con los hijos.
I.- Nuestra vida se construye a partir de pequeños instante que pueden ser gratificantes o llenos de infelicidad (Eclesiastés 4:7, 8)
1.- Dios nos creó no solo para trabajar sino también para disfrutar del producido de nuestro esfuerzo diario
2.- Si no medimos nuestras acciones fácilmente podemos caer en la avaricia (acumular) (v. 8 )
3.- Las posesiones sólo satisfacen nuestra necesidad temporal (v. 8 b)
4.- Todo cuanto consigamos— reconocimiento o bienes materiales— son para disfrutarlos con la familia
a.- ¿Estoy sacrificando mi familia en la búsqueda de reconocimiento y solidez económica?
b.- ¿He conseguido reconocimiento y solidez económica a costa de la familia?
II.- Dios nos une como pareja para construir una familia sólida ( (Eclesiastés 4: 9-12)
1.- Dios nos une como pareja para alcanzar la realización plena (v. 9)
a.- La soledad nunca fue el propósito de Dios para un ser humano
b.- Cada integrante de la pareja se convierte en complemento para dar pasos sólidos hacia el crecimiento familia
2.- Dios nos une como pareja para que nos brindemos apoyo y ayuda mutua (v. 10)
3.- Dios nos une como pareja para compartir amor, cuidado y gratificación mutua (v. 11)
4.- Dios nos une como pareja para convertirnos en el cimiento de una familia sólida, que permanece firme a pesar de las circunstancias (v. 12)
III.- Es necesario tener equilibrio para no descuidar a la familia por el trabajo (Éxodo 18:1-21)
1.- Moisés se había ocupado tanto en el ministerio, que su suegro Jetro debió llevarle a la esposa y a los hijos hasta el sitio donde se encontraba (vv.1-8)
2.- El éxito ministerial y secular no se logra a costa de la familia (vv.9-12)
3.- El más grave error que cometemos y que daña a la familia, es echarnos toda la carga del trabajo encima (vv.13-21)
a.- Es tiempo de revisar nuestra vida
b.- Es tiempo de romper paradigmas
c.- Es tiempo de ocuparnos de la familia
d.- Es tiempo de darle el primer lugar a Dios en nuestra vida y familia
Conclusión:
La familia es no solo nuestro primer ministerio, sino además, el espacio en el que debemos dar lo mejor de nosotros. La realización plena tiene un ingrediente esencial: Una sólida relación con la familia. Tenga presente que llegar a la cumbre del éxito secular o ministerial, pero habiendo sacrificado a la familia, es literalmente un error. Por el contrario, si nos movemos de la mano de la familia, cualquier pequeño acierto o avance es por sí misma una victoria. Es tiempo de recobrar nuestra familia y dedicarle lo mejor de nuestro tiempo y esfuerzos.
Publicado en: Sermones
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