Obedecer a Dios, fundamento para la victoria

Base Bíblica: Romanos 5:18, 19; Juan 14:21; Mateo 5:19;  1 Juan 2:3-5;

Introducción:

La obediencia o desobediencia son determinantes para nuestra vida espiritual. Quien obedece puede tener la certeza de que experimentará una vida cristiana dinámica. Por el contrario, quien desobedece, lo más probable es que no saldrá del estancamiento en que se encuentra. Lo maravilloso, además, es que la obediencia afectará nuestro presente y —por supuesto —nuestro futuro en la eternidad.

I.- La obediencia a Dios marca nuestro presente y nuestra vida en la eternidad

1.- La obediencia a Dios así como la desobediencia espiritual desencadenan consecuencias que no podemos deshacer

2.- Las decisiones que afectan nuestra relación y con otras personas implican descartar una voz y obedecer a otra

3.- La decisión de obedecer o desobedecer a Dios tiene consecuencias en el presente y afectan nuestro destino para la eternidad

4.- La obra del Señor Jesús en nuestra vida nos permite caminar en justicia y obediencia a Dios (Romanos 5:18, 19)

Ilustración: “La obediencia de un hombre trae vida a  muchas personas. No sabemos cuán lejos llevará un acto de obediencia a Dios y qué consecuencias tendrán nuestras decisiones para otros. Sólo esta razón sería suficiente para buscar la voluntad de Dios en todo lo que hacemos. Cuando llega el momento de nuestro gran desafío, queremos tener el hábito de decirle sí a Dios en vez de debatir o buscar un acuerdo.”(Kenny Luck. “Riesgo - ¿Estás dispuesto a confiar plenamente en Dios?”. Casa Creación. 2008. EE.Uu. Pg. 38)

II.- Amar a Dios está íntimamente ligado a obedecer a sus mandamientos

1.- Una evidencia de amar a Dios es obedecer sus mandamientos (Juan 14:21)

a.- No basta con conocer los mandamientos, hay que obedecerlos

b.- Quien guarda y atiende los mandamientos, agrada a Dios

2.- El secreto del crecimiento personal, espiritual y familiar es obedecer los mandamientos de Dios (Juan 13:17)

3.- Nuestro grado de obediencia a los mandamientos de Dios determina nuestra grandeza en el Reino (Mateo 5:19)

4.- Es necesario evaluar cuán obedientes somos a los mandamientos de Dios

Ilustración: “Su identidad es la de un hombre de Dios, su firma, la primera característica de su vida espiritual es una única cosa: La fe expresada a través de la obediencia. Capte la idea: Usted puede parecer un pato, pero si no camina y hace cuac como pato, entonces es simplemente un señuelo.”(Kenny Luck. “Riesgo - ¿Estás dispuesto a confiar plenamente en Dios?”. Casa Creación. 2008. EE.Uu. Pg. 42)

III.- ¿Cómo mira Dios nuestra obediencia a sus mandamientos?

1.- Dios se agrada de un hombre o una mujer que andan en Sus caminos, conforme a Sus mandamientos (Hechos 13:21, 22)

2.- Quien realmente conoce a Dios está marcado por un distintivo: La obediencia a Sus mandamientos de Dios (1 Juan 2:3-5)

Ilustración: “¿Qué es lo que Dios quiere ver más en nosotros cuando nos habla? Acuerdo interior combinado con obediencia… Si hemos de ser conocidos por algo debería ser por nuestra disposición para responder a la dirección de Dios frente a gran riesgo individual. Es fácil obedecer en nuestros momentos de victoria, pero no lo es tanto en los períodos de aflicción.”(Estás dispuesto a confiar plenamente en Dios?”. Casa Creación. 2008. EE.Uu. Pg. 43)

3.- Como en el caso de Abraham, puede haber momentos en los que Dios prueba nuestra obediencia (Génesis 22:1-18)

4.- Lo más maravilloso de todo ser humano es repetir, al término de nuestra existencia, las palabras del salmista: “He guardado los mandamientos de Dios” (Cp. Salmos 119:59, 60)

Conclusión:

Si algo agrada a Dios es nuestra obediencia. Él espera que en Su presencia haya hombres y mujeres que se mueven alrededor de sus enseñanzas transmitidas por los autores y profetas de la Biblia así como por nuestro amado Señor Jesús. Si somos obedientes aseguramos un presente de victoria y un mañana en la eternidad con Él.