Palabras de fe que liberan poder

Base Bíblica: Santiago 1:26, 3:5-8; Marcos 11:22-24.

Introducción:

Con más frecuencia de lo que quisiéramos, pronunciamos palabras que son destructivas y evidencian negativismo en nuestra forma de pensar y de actuar.

El cristiano debe marcar la diferencia. Si anida fe en su corazón, y si esa fe está afincada en Dios, pronunciará palabras de fe que ejercen una poderosa influencia en los mundos físico y espiritual, en los cuales nos desenvolvemos.

Lo que transformará los resultados, es que hagamos un alto en el camino, revaluemos qué palabras pronunciamos, y cambiemos nuestra forma de expresarnos, pronunciando palabras de fe.

I.- NUESTRAS PALABRAS Y SU INFLUENCIA EN EL MUNDO FÍSICO Y ESPIRITUAL

1.- Nuestras confesiones a través de las palabras, ejercen una poderosa influencia en las dos dimensiones en las que nos movemos:

• Dimensión física.
• Dimensión espiritual.

2.- Nuestras confesiones a través de las palabras evidencian si tenemos una fe positiva o una fe  negativa.

3.- Como cristianos debemos ser cuidadosos de lo que confesamos con nuestra boca (Santiago 1:26, 3:5-8)
a.- El apóstol Pablo aprendió a confesar palabras de victoria (Filipenses 4:13)
b.- Lo que confesamos nos esclaviza o nos libera.
4.- Nuestro Señor Jesús declaraba palabras cargadas de fe.
II.- NUESTRAS PALABRAS LIBERAN PODER CUANDO TENEMOS FE EN DIOS

1.- El Señor Jesús enseñó sobre la importancia de confesar palabras de fe (Marcos 11:12-14; 20)
a.- Debemos ser cuidadosos porque las palabras liberan poder, positivo (de fe) o negativo (v. 12-14)
b.- La higuera que maldijo Jesús se secó de las raíces. Nadie en el futuro comería de sus frutos (v. 20)
2.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos tener nuestra fe afincada en Dios (Marcos 11:22)

“Respondiendo Jesús, les dijo: — Tened fe en Dios”

3.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos dejar de lado toda sombra de duda (v. 23)

4.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos desarrollar intimidad con Dios a través de la oración (v. 24)

“Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”

III.- NUESTRAS PALABRAS LIBERAN PODER CUANDO SOMOS FIELES A DIOS Y A SUS MANDATOS

1.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos ser fieles a las enseñanzas del Señor Jesús (Lucas 15: 7, 8)

2.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos reconocer que hay poder en las propias palabras como lo enseñan las Escrituras (Hebreos 1:3; 11:3)

3.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos reconocer que tenemos esa autoridad delegada por el Señor Jesús (Marcos 16: 17, 18)

4.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos reconocer que andamos por fe y no por vista (2 Corintios 5:7; Hebreos 10:38)

5.- Para que nuestras palabras liberen poder, debemos activar la fe que tengamos, así parezca pequeña (Lucas 17:5, 6)

Conclusión:

Todo lo que vemos fue creado a partir de la Palabra de Dios, sin que nada hubiese entonces. Ocurrió en la eternidad (Juan 1:1) Y el poder que liberan las palabras, cuando tenemos fe en Dios, representa una Ley del Reino que debemos tener en cuenta.

No cabe duda que el propósito de nuestro amado Dios y Padre es que reemplacemos esa fe negativa, que declara palabras que no producen más que destrucción, por palabras cargadas de convicción y fe de que aquello que pronunciamos— conforme a la voluntad de Dios— ocurrirá.