Perdonar es volver a vivir
1.- Lectura Bíblica: Marcos 11:25
2.- Meditación familiar:
Una atribulada mujer me escribió desde Guerrero, en México, para referirme el dolor que aún le causa la infidelidad de su esposo. ¡Él cometió adulterio con una vecina, hace catorce años! Le pidió perdón, decidió cambiar, en adelante fue un hombre de casa... Pero ella insistía en reprocharle su actitud en cada nueva discusión.
Por supuesto, esa actitud hacia su cónyuge se veía reflejada en su malestar permanente, el desánimo e incluso, en su vida espiritual.
Le respondí refiriéndome a la necesidad de perdonar a su esposo y darse los dos una nueva oportunidad.
Incluso le recordé un pasaje que tengo resaltado con color amarillo en mi vieja Biblia:
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.” (Marcos 11:25. Reina-Valera 1960).
¿Se ha preguntado qué significa perdonar? Le invito a considerar la raíz de este término. En el griego – perdonar— es afiemi y significa, entre otras cosas, dejar ir o abandonar. Esta es la misma palabra que se encuentra en Juan 4:28 y 1 Corintios 7:11.
Sobre esa base, perdonar es abandonar o dejar a un lado ese sentimiento destructivo; es lo que debemos hacer con cualquier sentimiento de rencor o venganza hacia quienes pecan contra nosotros, para que nuestros pecados sean perdonados después de la salvación inicial. En otras palabras, dejar que aquellas cosas se vayan. ¡No albergue amargura o un deseo de venganza contra aquellos que han pecado contra usted!
El afamado autor y conferencista, John Maxwell, escribe:“La inclinación natural de muchas personas es contrarrestar el fuego con fuego, y el dolor con dolor. Sin embargo, desquitarse de una persona herida es como patear a un hombre caído. El estadista Sir Francis Bacon dijo: “Eso es cierto, que un hombre consumado por la venganza mantiene sus heridas frescas, las cuales de no ser así sanarían y a él le iría bien.” Si alguien estalla con rabia contra usted, lo mejor que puede hacer es perdonarle y seguir adelante.” (John Maxwell. “Cómo ganarse a la gente”. Grupo Nelson Editores. 2012. EE.UU. Pg. 36)Estamos llamados a perdonar, pero si aquél a quien hemos ofendido no nos quiere perdonar y en reiteradas ocasiones hemos intentado llegar a un clima de entendimiento sin mayores resultados, es tiempo de volver la mirada a Dios y pedirle que sane el corazón herido de quien dañamos con nuestras palabras o acciones.
Le aseguro que el Dios de poder en el que hemos creído, no solo ayudará en el proceso sino que traerá en nuestro mundo interior. ¡Hoy es el día para perdonar con ayuda del Señor Jesús!
A propósito: ¿Ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá, y podrá emprender un nuevo camino de crecimiento personal y espiritual. ¡Tome la decisión hoy mismo!
3.- Oración familiar:
“Amado Dios y Padre celestial, te damos gracias por la obra redentora del Señor Jesús ya que gracias a Él, recibimos tu perdón pero, además, la capacidad para perdonar. Te pedimos que nos concedas la sabiduría necesaria para identificar contra quién guardamos rencor o resentimiento el corazón y, tomados de Tu mano poderosa, le perdonemos. Sometemos nuestras emociones en tus manos. Amén.”
4.- Una Meta familiar para hoy:
Dispondré mi corazón para que— con ayuda de Dios— pueda perdonar a quien me causó daño, en la familia o entre quienes me rodean.
Si desea escuchar esta enseñanza haga clic aquí.
Publicado en: Altar Familiar
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