Perdonar, un camino a la vida plena

1. Lectura Bíblica: Mateo 6:14, 15

2. Versículo para memorizar:

“Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas (Mateo 6:14, 15. NVI).

3. Reflexión en la Palabra de Dios:

El 11 de febrero de 1990 por un sendero pedregoso camino Nélson Mandela, acompañado de su esposa Winnie, dejando atrás 27 años de prisión y vejámenes por su liderazgo en el Consejo Nacional Africano. ¡Era libre!

Un día después, doscientos periodistas lo esperaban para que despachara todo un arsenal de críticas a los promotores del apartheid que había enfatizado la necesidad de mantenerlo prisionero, y a los blancos— que en criterio de muchos negros— eran los causantes de su desgracia.

Mandela, quien llegaría a ser Premio Nobel y Presidente de Sudáfrica, se limitó a sonreír ante los comunicadores y respondió: “A pesar de los tiempos difíciles en prisión, también tuvimos oportunidad de pensar qué haríamos hacia el futuro… y no puedo desconocer que en la cárcel hubo hombres que eran muy buenos, en el sentido de que entendían nuestro punto de vista e hicieron todo lo posible para hacer más llevadera nuestra estadía allí, Esa disposición borra cualquier resentimiento que pudiera tener un hombre.” (Citado por Jhon Carlin. “El factor humano”. Editorial Seix Barral. España. 2010. Pg. 114).

Lea por favor una vez más estas palabras. Sencillas, profundas. Hablan de perdón, de reconciliación, de dejar atrás un pasado de dolor. No podemos seguir moviéndonos alrededor del mismo círculo de odio y sentimientos de venganza porque nos destruyen y, de paso, a las personas que amamos o que, de una u otra manera, ejercen influencia en nuestra vida.

El Señor Jesús enfatizó una y otra vez sobre el perdón como camino al crecimiento en todas las áreas de nuestra vida, y en particular la espiritual. En cierta ocasión, dirigiéndose a multitudes, dijo: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas (Mateo 6:14, 15. NVI).

Humanamente recordamos con frecuencia el mal que nos han causado. Puede ser el cónyuge, los hijos o las personas cercanas a nuestro círculo. Y hasta tanto no nos dispongamos a perdonarles, no seremos libres de la pesada carga que llevamos sobre los hombros. Perdonar es el primer paso para ser libres.

Si da éste paso, puedo asegurarle que emprenderá un nuevo camino hacia el crecimiento personal y espiritual. Y esa decisión va de la mano de otra muy importante: Recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Puedo asegurarle que no se arrepentirá.

4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a. ¿A quién debemos perdonar?

b. ¿Quizá guardamos en el corazón recuerdos de algún mal que nos hizo?

c. ¿Qué nos ha dificultado perdonarle?

d. ¿Hemos dispuesto el corazón para perdonar?

Con ayuda de Dios me dispongo a perdonar