Piense cuidadosamente antes de decir o publicar algo en las redes sociales
1.- Lectura Bíblica: Lucas 6: 45; Efesios 4:29.
2.- Meditación familiar:
¿Le ha ocurrido alguna vez que se encontró inmerso en problemas por algo que dijo o publicó en las redes sociales? Es una situación que han experimentado la mayoría de las personas al enviar contenidos en Facebook, Instagram, twitter o las plataformas de mensajería instantánea.
Probablemente dijimos algo movidos por la emoción del momento para descubrir, tiempo después, que fue un tremendo error.
Este es un fenómeno cada vez más grande, como consecuencia de los mecanismos de comunicación de que disponemos, que antes que acercarnos, nos alejan más. ¿O acaso no ha visto una reunión familiar en la que cada quien estaba ocupando chateando en su teléfono celular?
En el año 2010 facebook tenía 608 millones de usuarios y han crecido exponencialmente hasta tal punto que, en el primer semestre del 2020, estará en el orden de los 2.600 millones de suscriptores.
La aplicación de mensajería más usada es WhatsApp con 2.000 millones de usuarios, mientras que Messenger tiene 1.300 millones.
En promedio se estima que los usuarios escribimos más de mil palabras diarias.
Ahora, preguntémonos: ¿Qué tipo de contenidos enviamos? ¿Nuestras palabras allí edifican o destruyen? ¿Afianzan la moral con principios y valores, o la menoscaban?
En criterio de la académica universitaria y miembro de la Junta de Supervisión de Facebook, Catalina Botero Marín, es importante la auto regulación de la ciudadanía digital. En otras palabras, cuidarnos de cuanto decimos o publicamos en las plataformas.
Ahora, piense detenidamente en lo siguiente: ¿Mide usted el alcance de sus palabras? Recuerde que las palabras edifican o destruyen.
El Señor Jesús instruyó que las palabras hablan alrededor de quiénes somos:
"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.” (Lucas 6:45 | RV 60)
Por su parte el apóstol Pablo, escribió:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” (Efesios 4: 29 | RV 60)
Solamente en Dios encontramos la sabiduría para ser cuidadosos en lo que decimos y hacemos, mucho de lo cual terminamos trasladando a las redes sociales.
Si aún no ha recibido a Jesucristo como su único y suficiente Salvador, hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón. Emprenderá el maravilloso viaje hacia el cambio y crecimiento personal, espiritual y familiar que tanto necesita.
3.- Oración familiar:
“Dios de los cielos, gracias por escuchar nuestras oraciones. Siempre prestas atención a nuestras situaciones de angustia o preocupación. Hoy someto a tus pies, mis decisiones alrededor de lo que digo o publico en los medios sociales que tengo a disposición. Concédeme la sabiduría para saber qué hacer en cada caso. Rindo a ti mi vida y mi hogar. Amén”
4.- Una meta familiar para hoy:
Con ayuda del Señor Jesucristo voy a ser muy cuidadoso no solo con lo que digo, sino, además, con lo que publico en las redes sociales.
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Publicado en: Altar Familiar
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