Póngase en los zapatos de quien enfrenta problemas
1.- Lectura Bíblica : Mateo 7:12
2.- Meditación familiar:
Una atribulada esposa se quejaba de su marido. “Cuando está en problemas o enfrenta ansiedad, no hace otra cosa que hablar. Me desespera”, lamentaba ella.
Quizá el hablar y hablar es una forma que tenemos los seres humanos para desahogarnos. Expresar lo que sentimos en lo más profundo de nuestro ser nos libera. Y si a éste hecho sumamos el que alguien nos escucha, los resultados son alentadores porque se siente alivio.
Para el siquiatra, José Posada, es esencial que obremos con tolerancia y comprensión cuando nuestro cónyuge atraviesa malos momentos en su lugar de trabajo:"Los expertos consultados creen que es importante reconocer y acoger a aquellos con quienes se convive. A veces las cantaletas resultan porque la gente no siente que sus problemas sean atendidos en el hogar. La mejor estrategia es escuchar con mucha atención y “recibir la catarsis sin críticas ni juzgamientos”, dice el psiquiatra José Posada, pues ser escuchado ayuda a visualizar salidas al problema. Agrega que esa escucha debe tener límites de tiempo y que la sesión debe pasar de ser un muro de lamentos, para convertirse en una conversación que solucione los problemas.” (Artículo: “Con sus quejas a otra parte”. Revista Semana. 17/08/2015. Edición digital. Colombia)Cuando nos colocamos, por un instante, en el lugar del otro que está viviendo un mal momento, dejamos de lado la actitud de reproche que resulta perjudicial y no brinda aliento.
Otro gesto que ayuda es poner nuestra mano en su hombro, que sepa que le acompañamos en todo momento y que puede contar con nosotros.
Si no aprendemos a manejar este tipo de situaciones es probable que surjan diferencias de pareja que pueden agravarse con el tiempo. El cónyuge se quejará de que no puede contar con nosotros en los períodos críticos.
Lo esencial es entregar los problemas en manos de Dios, por supuesto (Cp. Salmos 37:5), pero como integrantes de un hogar, estamos llamados a brindar apoyo y comprensión a quien lo requiere.
Cabe aquí recordar lo que enseñó nuestro amado Señor Jesús: "Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.” (Mateo 7:12. Versión Dios habla hoy)
Si de verdad amamos a Dios, demostraremos amor a quien nos ha dado Él para que nos acompañe en la vida como pareja. No será un sacrificio sino, por el contrario, agradable ayudarle cuando más lo necesita.
Ahora, si somos usted y yo quien presentamos un problema en el trabajo, hay tres pasos aconsejables a seguir: El primero, llegar a casa y darnos el tiempo suficiente para respirar en el ambiente hogareño; el segundo, esforzarnos para manejar la frustración y no desahogarnos con nuestro cónyuge e hijos, y en tercer lugar, si hemos de hablar de las dificultades, no hacerlo por más allá de treinta minutos.
Viene bien recordar, antes de finalizar, la apreciación que tienen varios especialistas:"La relación trabajo-casa es complicada pero debe tener un equilibrio. Las investigaciones científicas muestran que los matrimonios infelices están asociados a más expresión de ira y rabia en el sitio de trabajo, pero así mismo los matrimonios sólidos no se afectan tanto con los temas laborales. Por lo tanto, sentirse escuchado y comprendido es esencial para el bienestar en ambos espacios.” (Artículo: “Con sus quejas a otra parte”. Revista Semana. 17/08/2015. Edición digital. Colombia)Recuerde que por grandes que sean los obstáculos, no estamos solos. Dios nos ama y desea lo mejor para nosotros. Esa es la razón por la que nos ha dado una familia a la que debemos proteger, cuidar, amar y acompañar en todo momento. La vida familiar, por encima de cualquier cosa, es una tremenda bendición.
Si aún no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo. Él transformará su existencia y le llevará a experimentar crecimiento personal, espiritual y familiar como siempre lo ha anhelado.
3.- Oración familiar:
"Mi amado Dios y Padre, gracias por ocupar un lugar importante en nuestra familia. Concédenos la sabiduría necesaria para enfrentar victoriosamente las dificultades que surgen en el trabajo y que, equivocadamente, en ocasiones pretendemos llevar a casa. Guíanos para obrar con sabiduría en los diferentes momentos del día a día en el hogar, pero también en el trabajo. Sometemos en tus manos las jornadas que tenemos delante de nosotros en el trabajo y cuanto tenemos planeado realizar. Amén"
4.- Una Meta familiar para hoy:
Pediré a Dios orientación para manejar, con Su divina ayuda, todos los problemas familiares que surjan al paso dentro de mi cotidianidad.
Publicado en: Altar Familiar
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