Póngase en los zapatos de su prójimo para comprenderlo

1.- Lectura Bíblica: Mateo 7:1-6.

2.- Versículo para memorizar:

"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!" (Filipenses 4:4| RV 60)

3.- Reflexión en la Palabra de Dios:

Nuestra visión de la vida  cambia si tan solo miramos a quienes nos rodean como personas, con fallas y virtudes. Ponernos en su lugar, en sus zapatos.

Ni usted ni yo somos perfectos. Nadie lo es. Todos cometemos errores, de una u otra manera.

Lo malo estriba en que solamente dimensionamos los equívocos del otro. Aquello en lo que yerra.

El Señor Jesús enseñó:

"No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?!!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen."(Mateo 7:1-6| RV 60)

Por supuesto, a todos nos ocurre que en algún momento nos desestabilizamos al percibir que alguien o algo nos provocan.

“No soporto a mi compañero de trabajo. Es la persona más difícil que he conocido.”, escribió desde Ecuador la secretaria ejecutiva de una empresa de abogados.

Tiempo después descubrió que era un hombre lleno de problemas. No podía soportarse ni él mismo.

Reconoció que no podía permitir que nada ni nadie le robaran la paz. Su gozo debía permanecer, como aconseja el apóstol Pablo:

"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!"(Filipenses 4:4| RV 60)

Cada quien vive su propia realidad. Debemos entenderla. Ponernos en sus zapatos. Procurar mirar el mundo desde la visión del otro.

Es el paso fundamental para cambiar nuestra visión de la vida.

Si no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Podemos asegurarle que su emprenderá una existencia renovada que generará impacto entre quienes le rodean.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.- ¿Cuál es el grado de intolerancia que manejamos en las relaciones con otras personas?

b.- ¿Estamos dispuestos al diálogo, o por el contrario, queremos que sólo prevalezca nuestra opinión?

c.- ¿Por qué se nos dificulta escuchar a nuestro prójimo?

d.- ¿Hemos meditado en el hecho de que juzgar al otro levanta barreras en el proceso de diálogo?

Hoy no permitiré que nada ni nadie me roben la paz que proviene de Dios.