¿Por qué no reciben respuesta nuestras oraciones?

“Soy una mujer de oración. Participo en los ayunos de la congregación y, de hecho, paso tiempo en clamor en casa. Leo la Biblia, medito en lo que me enseña, pero, para serle sincera, pareciera que no ocurre nada cuando voy a la presencia del Padre celestial. Hay momentos en los que caigo en el desaliento. “

L.M.P. desde San José, Costa Rica.

Respuesta:

Infinidad de personas en todo el mundo se lamentan porque sus oraciones pareciera que no reciben respuesta. Les hace pensar que no pasan del techo de su casa o apartamento. Y caen presa de la desesperación mientras transcurren los días, las semanas y hasta los meses sin que nada pase.

Hay dos factores esenciales:

• Unas relaciones equivocadas con el cónyuge y los hijos.
• Malas relaciones con las personas con las que interactuamos diariamente.

En la Biblia leemos:

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” (1 Pedro 3: 7 | RV 60)

¿Qué está ocurriendo? Algo anda mal en el primer círculo de influencia en el que nos desenvolvemos: el hogar. Es allí donde debemos aplicar correctivos.

El segundo escenario, son las personas de nuestro entorno.

Evalúese por un instante: ¿Acaso anidamos en el corazón rencor, resentimientos, odios, temores, dudas, zozobra o incertidumbre? Reflexione por un instante que se trata de enormes barreras que se levantan frente al obrar de Dios.

Hoy es el día para aplicar correctivos. Para dar ese paso, formúlese tres interrogantes:

• ¿En qué estamos fallando?
• ¿Qué sentimientos negativos albergamos en el corazón?
• ¿Cuáles son los correctivos que debemos imprimir hoy?

¡Dios desea responder con poder a sus oraciones! Hay un milagro para usted.

Si no ha recibido a Jesucristo como su único y suficiente Salvador, hoy es el día para que lo haga y emprenda el maravilloso viaje hacia el cambio y crecimiento permanentes a nivel personal, espiritual y familiar.