Proyección astral: Una puerta abierta a los demonios

El joven dejó que la bebida cola cayera sobre el vaso, produciendo infinidad de burbujas en las que se concentró por varios segundos antes de relatar: “A través de alguien que me inició en la Nueva Era, aprendí las técnicas de desdoblamiento para salir del cuerpo. Después descubrí para qué se utilizaba: generalmente para atacar a cristianos en sus hogares o incluso, para entrar a sitios de reuniones con el fin de causar daño.

Al comienzo me parecía maravilloso. Por ejemplo, podía atravesar paredes, puertas y elevarme a alturas inconcebibles si estuviera dentro del cuerpo. Me desplazaba rápido y cubría enormes distancias. ¡Sentía que era un enorme poder! Sin embargo, en cierta ocasión y, cuando pretendí entrar de nuevo en el cuerpo, algo me resistía."

Sentí angustia. Luché no sé por cuanto tiempo para ingresar pero mi cuerpo no respondía. Podía verlo en mi cama, recostado. Me desespere. Luego descubrí, cuando conocí a Cristo como mi salvador, que ese fenómeno obedecía a que espíritus querían posesionarse de “mi casa”. Ellos no desaprovechaban la oportunidad.”

Una experiencia real a la que podemos sumar las de infinidad de personas inmersas en el ocultismo que, inicialmente por curiosidad y después para experimentar poder espiritual, abandonaron sus cuerpos en lo que se conoce como “proyección astral”.

La posesión demoníaca: un peligro siempre latente

Cuando muchas personas se van adentrando en el ocultismo, experimentan la proyección astral. Es una práctica conciente, y en muy contados casos inconciente, mediante la cual se abandona el cuerpo— comúnmente conocido como desdoblamiento— para desplazarse sin límites de espacio. Esta actividad está íntimamente ligada a la Nueva Era y está muy popularizada hoy día en todo el mundo.

Cuando sale en espíritu de manera inconciente, obedece a varios factores, relacionados todos con el hecho de que la persona lo hace con regularidad; la diferencia estriba en que –quizá cuando duerme— se desprende de su cuerpo físico.

Es necesario recabar en el hecho de que hay varias técnicas; todo depende de un principio esencial: que la persona quiera hacerlo. Esa es la puerta de entrada a demonios que aprovechan el que la persona haya practicado el desdoblamiento.

Comparto con usted una ilustración de nuestro amado Señor Jesucristo a sus discípulos y a nosotros ahora: “Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero como no lo encuentra, dice: “Volveré a la persona de la cual salí.” De modo que regresa y encuentra que su antigua casa está barrida y en orden. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes.” (Lucas 11:24-26. Nueva Traducción Viviente)

¿Qué ocurre entonces? Que al dejar expedito el camino, y mientras la persona se encuentra fuera en el espíritu como fruto de una actividad ocultista, los demonios sacan ventaja y se posesionan de las personas.

Es real. Dejar la mente en blanco o abandonar el cuerpo, constituyen dos enormes peligros que abren puertas a la posesión satánica.

Quienes promueven practican el desdoblamiento, aseguran que es viajar a la “quinta dimensión” o también “primera región de los cielos”. Para lograrlo, recomiendan que la persona se acueste, se relaje, coloque la mano izquierda sobre el corazón mientras que la derecha, sobre la mano izquierda. Luego piden a un “dios interior” –que entendemos son demonios —que les asista en el proceso de salir del cuerpo. Acompañan esta invocación con un rezo especial o “mantra”. Lo repiten muchas veces.

Conforme lo hacen, experimentan adormecimiento del cuerpo, que se podrá muy pesado. Escuchan, además, un sonido muy agudo, lo que les indica que ya pueden “salir” del cuerpo.

Un promotor de esta actividad, a quien consulté sobre los peligros que encierra el “desdoblamiento del cuerpo” y la puerta que abre a los demonios, además de negarlo categóricamente—eso es lo que hace el diablo, amparar sus engaños—explicó que:

“La persona no debe preocuparse de cómo va a volver a su cuerpo físico, porque la materia—en el momento de despertar—lo atrae hacia el. Además, no existe la más mínima posibilidad de que el espíritu se quede flotando en algún lugar o que se produzca la muerte, ya que el individuo está amarrado a un ente físico. Tampoco (sic) nadie podrá entrar dentro de él o ella, porque si así fuera, ya todos hubiésemos despertado en otros cuerpos.”

Por supuesto, muchos hoy día refutan los argumentos así giren alrededor de lo que enseña la Biblia. No es extraño. Esas críticas, burlas y cuestionamientos, obedecen al plan satánico concebido desde hace siglos, para llevar al mundo a la incredulidad y sobre el cual la doctora Rebecca Brown escribe:

“Hallo interesante que en esta época de crecimiento sin precedentes del ocultismo u del mal, probablemente nunca ha habido un momento en que los cristianos en conjunto, creyeran en la realidad de la existencia del reino espiritual y de Satanás y su reino. No fue necesario que ninguno de los autores de las Escrituras enseñaran sobre la realidad del reino espiritual porque la población en general ya creía en eso y conocía acerca del ocultismo.”(Brown, Rebecca. “Cómo llegar a ser una vasija para honra en el servicio del Maestro.” Editorial Whitaker House. EE.UU. 2005. Pg. 159)

Tremenda mentira del demonio. Cuando se produce el “desdoblamiento” o proyección astral, el ser humano queda expuesto a la entrada de demonios.

Le invitamos para que lea la segunda parte de “Proyección astral: Una puerta abierta a los demonios”. ¡No se lo puede perder! Si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón. No se arrepentirá.