Que no lo maten las preocupaciones
1.- Lectura Bíblica: Mateo 13: 22; Lucas 12: 22, 23.
2.- Versículo para memorizar:
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
El Especialista escribió con rapidez y llenó con unas equis varios cuadros del formulario. Con ceremoniosidad les explicó qué había pasado con José Antonio. Utilizó un lenguaje científico que no entendieron. Luego, con una mirada solidaria, les dijo: “A su padre lo mataron las preocupaciones.”
Lamentablemente hoy día mueren más personas por estrés y emociones negativas descontroladas, que por un cáncer u otra manifestación de morbilidad.
La ansiedad sin medida, por ejemplo, nos lleva a experimentar hambre emocional que es la sensación de vacío que no se logra satisfacer con alimentos.
El desasosiego, no sentirnos bien en ningún lugar o el deseo de salir corriendo sin rumbo fijo por mucho tiempo, son evidencias de que algo nos inquieta. Un elemento, el que sea, nos está robando la paz interior.
Está probado científicamente que el estrés, la depresión y el miedo nos enferman. Desencadenan malestares que, al comienzo, son difíciles de identificar, pero cuando tienen su desarrollo, suelen resultar fatales.
Me permito citar aquí al escritor, académico y afamado filósofo español:
“Antes dábamos mucha importancia a cosas que no lo merecían. Y se la dábamos, porque las personas alrededor las creían importantes: el dinero y el prestigio, por ejemplo. Por eso nos empeñamos en considerar esos asuntos como importantes. En cambio, hay cosas sencillas, elementales, como la ternura de una caricia, una palabra amable, un chiste contado en el momento oportuno o una simple conversación. Sin duda, todas esas cosas las vamos a valorar más. Y, por supuesto, los paseos. Sean en el campo, en la orilla del mar o con los amigos, en la ciudad.”
Ahora, después de apreciar a un pensador de la modernidad, le invito para que vamos al libro de os triunfadores que es la Biblia:
“El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” (Mateo 13:22 | RV 60)
Y otro pasaje revelador:
“Dijo luego a sus discípulos: Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.” (Lucas 12: 22, 23 | RV 60)
Piense por un instante: ¿Vale la pena preocuparnos por un mañana que no sabemos si llegará? O, más bien y con base en la enseñanza del Maestro: ¿Estamos desarrollando confianza en la amorosa provisión y ayuda del Padre celestial?¡Usted es quien toma la decisión!
Igualmente, usted es quien decide si continúa con la vida que ha llevado hasta hoy o emprende el proceso de transformación personal, espiritual y familiar que tanto anhela y necesita. Ábrale hoy las puertas de su corazón.
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Me dejo atormentar por las preocupaciones?
b.- ¿Cuáles son los factores que más me inquietan?
c.- ¿Someto mis inquietudes y preocupaciones en manos de Dios?
En adelante dejaré de preocuparme y someteré cualquier motivo de inquietud, en manos de Dios.
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Publicado en: Devocionales Diarios
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