¿Qué sentimientos embargan a una familia donde hay adictos?

“Muchas veces la incertidumbre por mi hijo adicto a las drogas, me lleva a experimentar rabia y rechazo. Luego que he discutido o quizá le he llamado la atención, siento sentimientos de culpa. Y no solo siento que he ofendido a Dios, sino que, además, no me perdonará.”

J.O.L. desde Caracas, en Venezuela.

Respuesta:

Tener en casa un familiar químico dependiente, trae consigo varias situaciones. De un lado temor, de otro ansiedad, y de la mano con esos dos sentimientos, la frustración, el dolor y la desilusión. Todo porque sentimos que esa persona que amamos— que puede ser un hijo o quizá el cónyuge —, rompió nuestras expectativas y echó por la borda todas las esperanzas.

¿Qué hacer? En primer lugar, recordar que Dios nos ama, nos comprende y, ante todo, tiene misericordia. Sobre esa base, esos deben ser nuestros distintivos, como leemos en la Palabra:

“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:22, 23)

La persona que se encuentra en situación de drogas, cayó una vez y, es probable, ceda nuevamete a la tentación. El único que puede ayudar en todo el proceso es Dios. No negamos que los procesos terapéuticos y sicológicos sin valiosos, pero es el trato de Dios el que produce transformación.

Le invito a considerar algunos aspectos prácticos si tiene que tratar con alguien químico-dependiente:

Los principales temores que alberga una familia

Quien tiene un hijo, un hermano o un cónyuge adicto, lo más probable es que se enfrente a los siguientes temores:

• Temor a que agreda a algún miembro de la familia.
• Vergüenza de que otras personas se enteren de la situación familiar.
• Mal ejemplo para los hijos menores.
• Temor de que caiga en drogas más peligrosas que las que actualmente consume.
• Temor a que cometa un error (por ejemplo herir a otra persona) y que la situación sea irremediable.

Estas situaciones roban la paz, que es un estado que no deberíamos permitir. Sobre esa base, lo apropiado es entregar la situación en manos de Dios.

¿Cómo se afecta la familia de un químico-dependiente?

Cuando alguien consume drogas al interior de la familia, todo el entorno se ve afectado: padres, hermanos e incluso, abuelos y tíos. Se estima que al menos cuatro personas experimentan las consecuencias.

¿De qué manera se presenta esta situación? Por la manipulación del adicto, la afectación emocional y espiritual del entorno familiar, traumas y estrés permanente.

¿Por qué las familias no confían en el químico dependiente?

Generalmente los familiares no confían porque:

• El químico dependiente se acostumbra a mentir.
• Estas personas buscan cualquier pretexto para obtener dinero y poder satisfacer su adicción.
• Porque la ansiedad por consumir drogas los torna irritables y, en ocasiones, agresivos.
• Porque si se les da algo (una camisa, un pantalón etc.) podrían venderlo para consumir.

Una vez recuperado el familiar, es probable que pase mucho tiempo antes de recobrar la confianza. No obstante es un proceso que debemos experimentar progresivamente tomados de la mano del Señor.

¿Por qué una familia rechaza a alguien químico dependiente?

Alguien que me escribió desde Cartagena, en Colombia, expresaba su preocupación porque no una, sino varias veces, ha rechazado a su hijo, inmerso en las drogas.

Los factores conducentes a esta situación son al menos cuatro, de carácter relevante, que compartimos con ustedes:

• Porque es agresivo.
• Porque son mentirosos, característica propia de su situación.
• Porque la familia experimenta decepción.
• Por intolerancia, en la mayoría de los casos.

En todos los casos el amor que guardamos los padres por los hijos, es el que nos permite perseverar en el proceso de verlos superar la situación que enfrentan.

Ahora bien, cuando un progenitor descubre que su hijo está sumido en las drogas o que quizá es el cónyuge, se advierten los siguientes sentimientos, que son el común denominador:

Confusión, impotencia, frustración, desesperanza, rabia, estrés, dolor, desconfianza, incertidumbre, soledad, angustia, sentimientos de culpabilidad, cansancio, agotamiento, división familiar, ansiedad.

Dios es esencial en todo el proceso. Él nos permite traer serenidad al corazón y sabiduría para saber cómo manejar cada situación.

¿Cómo manejar los conflictos cuando en un hogar hay personas químico dependientes?

En primer lugar, con oración. Permitiendo que Dios tome control de la situación.
Con el diálogo familiar.
Buscando ayuda profesional, mediante una reunión del círculo familiar, comprometiendo la participación de todos para que ayuden, e insistimos: permitiendo que Jesucristo sea quien gobierne la familia y las decisiones que deben asumir.